De cara a una Superliga donde no podrá fallar y tendrá que sumar mucho, Troglio armó el plantel a su imagen y semejanza
Edición Impresa | 5 de Agosto de 2018 | 04:51

Recta final para el inicio de una nueva temporada, donde Gimnasia deberá tomarse las cosas muy en serio. Si bien no es el más comprometido con los Promedios, no se podrá descuidar para nada. En la última temporada se despilfarraron puntos a montones, que ahora habrá que salir a recuperarlos para no pasarla mal.
Teniendo en cuenta la gravedad, o no, de la situación, la Comisión Directiva fue por Pedro Troglio, ya un histórico “técnico-bombero”, que debe venir a apagar los incendios que ocasionaron sus antecesores. Le pasó en 2005 la primera vez; en 2011 en la B Nacional, la segunda; y en esta tercera, si bien no es tan grave como las anteriores, saben que no podrán relajarse.
Hoy la lectura que se puede hacer, es que el proceso se viene cumpliendo correctamente. Al menos, eso se ve puertas para afuera.
Un final de torneo con un positivo interinato de Darío Ortíz que dejó a varios chicos en el plantel; la llegada de Troglio y una pre-pretemporada con un grupito de chicos. Juntos, Pedro y el Indio, vieron partidos de Reserva, de juveniles, y se armó una interesante tarea previa a la pretemporada.
Se fueron yendo algunos nombres, pero fueron llegando otros. De a poco, ya con la pretemporada en marcha Troglio empezó a moldear un plantel a su imagen y semejanza. Buscando presión bien alta; tratando de jugar “lindo” cuando se puede; y metiendo y luchando hasta el último minuto en cada sector de la cancha. Para el entrenador, esto último es vital, y no se negocia por nada del mundo. El overol, se lo tienen que poner todos, sin distinción.
Tal vez en esta preparación, la “manchita” mayor es la salida de Brahian Alemán. Un jugador que estando enchufado y con ganas, es diferente. Así lo demostró en los dos primeros amistosos (con Cerro Porteño y Godoy Cruz) donde convirtió los goles. Se fue al exterior y está bien. Si se quedaba, no iba a estar tan enchufado ni con tantas ganas como se lo necesitaba (pero esa es otra historia).
Por estas horas, se define la llegada de un zaguero central para ocupar el lugar de Omar Alderete. En Abasto esperan por el también paraguayo Miguel Jacquet para darle la camiseta titular. Después, como suele suceder con Troglio, la apuesta por un pibe que termina siendo una solución. Hoy es Germán Guiffrey, alguien que ha sorprendido, y muy gratamente, al cuerpo técnico mens sana.
Al mirar al plantel, hay experiencia y sentido de pertenencia (Martín Arias, Rinaudo, Licht, Oreja y Coronel, por ejemplo). Son los mismos que estuvieron la temporada anterior y saben bien que no fue como hubiesen querido, y deberán mejorar lo realizado.
Los juveniles que fueron apareciendo aportaron aire fresco en un momento, a un plantel golpeado en las tres últimas fechas del torneo pasado (Melluso, Gómez, Mercado Parini, Monti, Calderón, por citar algunos). Ahora a ellos se le suman Guiffrey, Cataldi y Tifner.
Volvió Horacio Tijanovich tras muy buenas experiencias en Agropecuario (ascendió siendo goleador) y en Defensa y Justicia; y en cuestión de semanas, Luciano Perdomo terminará de cumplir su sanción y estará a disposición.
Los refuerzos deberán dar ese salto de calidad que el Lobo estuvo necesitando, y nombres interesantes hay. El paraguayo Ayala, Santiago Rosales y el Tanque Silva, en primera instancia.
La temporada que se avecina será exigente, ya no se puede experimentar más. Cada punto será importante. Para el ánimo del grupo, haber ganado dos partidos por Copa Argentina fue un buen envión anímico pensando en lo que vendrá.
El próximo sábado, el primer examen de los 25 que le esperan, será Argentinos Juniors. La hora de la verdad y de jugar por los “porotos”, habrá llegado otra vez.
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