Con mucha gente del interior para la vigilia

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Pasar del verde al celeste demandaba ayer una larga caminata, además de rodear vallas fuertemente custodiadas.

Los movilizados por “las dos vidas” sumaron muchos fieles de distintos lugares del interior del país -también de La Plata- y se notaba que actuaban con la tranquilidad de sentirse casi seguros ganadores de la jornada.

“Soy catequista y desde la concepción hay vida humana, para mí”, dice Violeta Torres, de 52 años. Con una estatuilla de la virgen de Itatí envuelta en una tela celeste, esta madre de 4 hijos y abuela de 4 nietos solo interrumpe su rezo del rosario para hablar con la prensa.

Los pañuelos celestes se mezclaban con banderas argentinas. “Hoy (por ayer) tenemos la posibilidad de estar representados por personas que defienden la vida. Mañana si Dios quiere, como vienen anunciando, lo que debemos hacer es comprometernos a no dejar abandonadas a las mujeres”, se escuchó desde los parlantes la voz de un hombre.

Del lado celeste, hubo muchos más varones entre los manifestantes. “No es el cuerpo de la mujer, el hijo está en su cuerpo”, enfatizó Agustín Guzmán, de 20 años, católico ferviente, que portaba un cartel con un dibujo de un feto y la leyenda: “No soy un error, soy un ser humano”.

Entre los celestes que se oponen a la ley deambulaban varios sacerdotes. Federico Berruete, de 35 años, es uno de ellos. “Hay una gran muestra de fe, mucha gente se ha movilizado para un país más humano. Hay que defender al niño por nacer”, afirma .

A su alrededor manifestantes alzaban carteles donde se lee “Hay vida desde la concepción” o “Toda vida vale”. Detrás, un enorme afiche con la imagen de un feto sirvió de marco a jóvenes que cantaban acompañados de tambores.

En nuestro país, el aborto solo está permitido en los casos de violación y riesgo para la vida o salud de la madre. Sin embargo, el primero de los supuestos no se cumple en todas las provincias. Según la normativa actual, las mujeres se exponen a penas de hasta cuatro años de cárcel por abortar y se castiga del mismo modo a los médicos que realizan la práctica.

Los denominados “defensores de las dos vidas” también han intensificado su campaña en contra de la iniciativa. Días atrás decenas de miles de católicos y evangelistas llenaron el centro de Buenos Aires ataviados con prendas celestes y sostuvieron que la vida humana comienza en el momento de la concepción.

Anoche, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, dio una misa en una Catedral porteña repleta de pañuelos celestes.

 

 

 

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