San Carlos dejó en el camino dos puntos y resignó el liderazgo

No hizo un buen partido y Luján, con un penal en el descuento, logró empatar en Berisso y despojar al Celeste de una victoria segura

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Por LEANDRO DUBA
lduba@eldia.com

No estuvo a la altura de los dos primeros compromisos. Se mostró errático, impreciso y sin profundidad en los metros finales. Así y todo, San Carlos había logrado quebrar el cero, en el complemento, precisamente cuando peor la estaba pasando. Sin embargo, y cuando todo parecía que los tres puntos se quedaban en Berisso, Luján aprovechó un penal (mano muy evidente de Matías Catena dentro del área) para alcanzar el empate y despojar el Celeste del primer puesto de la tabla, ahora, en poder de Victoriano Arenas.

Así es el fútbol... San Carlos no hizo pie durante la primera etapa. Porque no tuvo juego asociado, porque no generó demasiadas opciones de peligro sobre el arco defendido por Gustavo Ruhl (salvo, el mano a mano, a los 36, que desperdició Brianese) y porque no se le cayó ninguna idea futbolística.

Luján, que será el próximo rival de Estudiantes en la Copa Argentina (el Chino Benítez estuvo en el Genasio Sálice observando el partido), mostró ser un equipo bien ordenado y paciente, con algunas individualidades interesantes, como Juan De Tomaso, Gastón Sánchez y Lucas Chambi.

En la parte complementaria, el equipo de la Basílica salió a trabajar en la presión alta, y por varios minutos, puso contra las cuerdas al Celeste.

Minervino se proyectó permanentemente; los volantes (sobresalió el trabajo de Juan Di Tomaso) llegaron con mayor claridad, y los puntas tuvieron sus oportunidades.

San Carlos, se metió peligrosamente atrás. Aguantó que Luján (buen trabajo en la zaga de Machín y del Pelado Aguimcer) le cascoteara el rancho. Hasta Nicolás Tauber anduvo a los revolcones.

Y de vez en cuando, salió de contra, vía Ricardo Vera y Matías Brianese. Enseguida, Miguel Restelli movió el banco. Se dio cuenta que la cosa no funcionaba. Mandó a la cancha a Ignacio Oroná para equilibrar el medio, y luego, se la jugó con Martín Avalos y Cristian Risko.

A los 36, en una jugada rápida de contra, Cristian Risko, ingresando por izquierda, sometió a Ruhl con un zurdazo que le venció las manos. Todo parecía bajo control, porque en el peor momento del equipo, ese gol lo despertó del letargo y lo acomodó mejor dentro del campo de juego.

Sin embargo, y cuando se jugaba tiempo adicionado, una mano de Matías Catena (hizo su debut, al igual que Ignacio Guerrico) generó el penal que transformó en gol Lucas Chambi. Baldazo de agua helada en Berisso, aunque en el fondo, muchos coincidieron en que el empate era el resultado que mejor le quedaba al partido. Por cómo se habían dado las acciones, sobre todo, en la parte final.

 

 

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