Por MARTÍN CABRERA.- “Mis primeros sueldos se los voy a dar a mis padres”

Mano a mano con el lateral izquierdo de Estudiantes. Una historia de vida de sacrificio y superación. Su infancia en Vivoratá, su llegada al Club y este presente soñado

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Martín Cabrera

mcabrera@eldia.com

Iván Erquiaga es el único jugador del plantel profesional de Estudiantes que no tiene auto ni casa. Vive en la concentración del Country Club y valora como pocos el momento que le está tocando transitar. Sabe lo que le costó llegar a Primera y todo lo que tuvo que invertir su familia para lograrlo.

“Mis primeros sueldos son para mis padres. Ellos lo necesitan. Y lo merecen más que yo porque se rompieron el lomo para que pudiese jugar al fútbol. Mi dinero es de ellos”, relata en un mano a mano con este medio.

Erquiaga nació el 26 de marzo de 1999 en Vivoratá, un pueblo del partido de Mar Chiquita con apenas 976 habitantes. Allí empezó a jugar en el club que tuvo a su papá Hernán como protagonista en la década del ‘90, Defensores. De ahí pasó a Los Patos de Balcarce (“sólo jugaba porque no podía entrenarme”, recuerda) y más tarde a Aldosivi. Con edad de Séptima llegó a La Plata para probarse en Estudiantes. No se fue más.

“Llegué en 2014. Estaba en Aldosivi, pero nunca viví en Mar del Plata. Viajaba todos los días una hora y media en un micro de línea o con algún vecino. Era un esfuerzo impresionante mío y de toda mi familia”, recordó el lateral izquierdo, que en sus inicios fue extremo y Pedro Verde lo puso de marcador en Sexta División.

“De un día para el otro empecé a jugar de lateral izquierdo. Me entreno y trato de perfeccionarme. Me falta un montón todavía pero no quiero dejar de aprender. Estoy contento y cómodo”, continuó este chico que el año pasado fue convocado por Sebastián Becaccece para ser parte de la Selección Nacional sub 20.

Si bien no estaba en Estudiantes ni todavía jugaba de lateral, su referente en el puesto es Marcos Rojo, a quien tuvo la suerte de conocerlo cuando el ahora jugador del Manchester United estuvo de visita por el Country. “Lo que hizo en el Mundial fue una barbaridad. Siempre trato de sacar cosas de todos los jugadores”, siguió y no dudó en afirmar que Nicolás Tagliafico fue el que más le gustó en su puesto de los surgidos en los últimos años.

El jugador del pueblo

Iván Erquiaga es hijo único y le costó mucho adaptarse a vivir tan lejos de sus padres. “Soy muy familiero y al principio extrañé una barbaridad. Pero me fui haciendo fuerte gracias a gente que fui conociendo en La Plata. Y ni hablar de los chicos de la pensión. Desde hace un tiempo comparto el cuarto con Juani Quintana, es un hermano para mí”.

“Vivir en la pensión tiene sus pro y sus contras. A veces cuando las cosas salen mal es difícil no tener un familiar cerca y por eso es tan la contención de compañeros y entrenadores”, contó y reveló lo importante que es para él que su novia sea de La Plata.

Vivoratá es un pueblo muy chico. Queda a la vera de la ruta 2. Quienes viven allí trabajan en el campo. Y hasta hace unos años funcionaba un frigorífico importante. Papá Hernán Erquiaga trabaja en la empresa de agua potable y mamá Vero es maestra. Los abuelos Pirincho y Graciela son leñeros y los otros abuelos, Héctor y Marta tienen otros tipos de trabajo. “Es gente humilde y trabajadora la de mi pueblo”, contó con orgullo.

“Cuando nací mi mamá tenía 19 años y mi viejo 20. Ella estudiaba en Mar del Plata y viajaba todos los días. No teníamos casa propia y todo les costó muchísimo. Por eso recuerdo haber pasado mucho tiempo con mis abuelas”, siguió su relato familiar, siempre con un tono de serenidad y agradecimiento.

No salieron muchos jugadores profesionales de Vivoratá. Daniel Valdez jugó en Aldosivi en la década del ‘90. Y ahora Manuel Iníguez juega de “4” en el Tiburón. “Si Dios quiere el viernes vamos a enfrentarnos en la cancha de Quilmes y el pueblo va a ser una fiesta”, bromeó.

En el final de la charla reveló por qué juega con la camiseta adentro del pantalón, cuando hoy en día no se ven jugadores con ese look. “Desde que tengo fotos de chico que me visto así. Mi papá siempre me dijo que usar la camiseta así da una imagen de jugador con carácter y personalidad. Entonces le hice caso y desde entonces la uso así. No me arrepiento ni me da vergüenza”.

“Desde que recuerdo uso la camiseta adentro del pantalón. Me lo pidió mi papá. No me avergüenza

 

 

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