Otro de los acusados cargó contra Aníbal Fernández en el juicio por la triple fuga

Víctor Schillaci, al igual que los Lanatta, reiteró que el ex jefe de Gabinete “impulsó” el escape para poner fin a sus vidas

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Víctor Schillaci, condenado a perpetua por el triple crimen de la efedrina, ahora juzgado junto a Cristian y Martín Lanatta, por la fuga del penal de General Alvear, acusó también, como los otros dos imputados, al ex jefe de Gabinete nacional Aníbal Fernández de impulsar ese escape y que los tres comenzaron a vivir “una pesadilla” a partir de la nota periodística que hizo Jorge Lanata. El acusado reveló que el de agosto de 2015 lo llevan a buzones (celdas de aislamiento).

“No teníamos para comer y por eso cambié por la ventana mis zapatillas por un celular y llamé al periodista Rodrigo Alegre e hice una nota donde especificaba que en el penal me habían sacado 10.000 pesos”, explicó.

Luego relató que lo llevaron a Sanidad y que para ello sacaron a cuatro enfermos, que mandaron a Sierra Chica, para hacerle lugar junto a los hermanos Lanatta.

Además contó que recibió la visita del abogado Solivaret e hizo entrar al penal una lapicera filmadora para captar el momento en que el abogado, de parte de Aníbal Fernández, hace la propuesta del escape a cambio de modificar los dichos de la entrevista que le dio al periodista Jorge Lanata, en la que Martín Lanatta implicaba al ex funcionario de la presidencia de Cristina Kirchner en el triple crimen de General Rodríguez.

El acusado dijo que luego, al enterarse el servicio penitenciario que había un video, porque editorial Perfil difundió dos minutos de esa filmación, comenzaron los problemas.

Además dijo que como pensaban que ese video se había registrado con las cámaras de seguridad, las sacaron.

“Después -agregó- hicieron cerca de 20 requisas, pero no pudieron encontrar nada. Teníamos el video guardado en distintos lugares. Nos cagaron a Palos”.

“No me quería fugar”

“No me quería fugar ni nada. El 28 de diciembre tenía la orden de salir para ver el nacimiento de mi hijo, era una cesárea programada. El tema comenzó a ponerse áspero, recibíamos muchas amenazas, no sabíamos para donde correr. Pedí que me pasen a otro pabellón, que me saquen de al lado de Martín (Lanatta). Nos iban a hacer callar a los tres. Y un día comenzamos a hablar lo de la fuga, facilitada por las mismas autoridades del penal”.

Luego al igual que los otros dos acusados contó los detalles, como consiguieron los elementos para fugarse, pintura negra para pintar el símil de una ametralladora de madera que habían hecho en la carpintería del penal, como les dejaron los precintos con los que redujeron a los guardias, el escape, el helicóptero que nunca llegó y la huida, presuntamente porque se dieron cuenta que estaban por matarlos.

Schillaci luego contó que en ese penal se pagaba por “comodidades”, por ejemplo 10.000 pesos para ir a un pabellón en el que se comía bien y había más comodidades.

El acusado luego le dijo al juez a cargo del juicio, Juan José Ruiz, que no era la finalidad amenazarlo cuando le dijeron que sabían que tenía una camioneta Ecosport de 2009, sino que querían indicar que estaban ante un juez honesto, “a diferencia de Melazo, detenido en su mansión, con laguna”.

Los ahora acusados aseguran que la fuga fue planeado para poner fin a sus vidas, durante el cinematográfico escape que mantuvo en vilo al país durante dos semanas en diciembre de 2015, a los pocos días de la asunción de María Eugenia Vidal como gobernadora bonaerense.

El juicio se reanudará el viernes de la semana próxima, a las 9, con los alegatos de las partes, en la sala de audiencias de la planta baja de los tribunales penales de 8 y 56.

 

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