Un mantero increpó, tiró al piso y golpeó a un joven en el Centro

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Un fuerte revuelo se generó ayer al mediodía en pleno centro platense, debido a un altercado protagonizado por un vendedor ambulante que se disgustó y agredió a un cliente que había entrado en un local de tecnología y electrodomésticos.

El violento incidente ocurrió en la vereda de 8 y 47 donde, según lo informado a este diario por tres ocasionales testigos, que se comunicaron por teléfono y por WhatsApp con esta redacción, el mantero reaccionó contra el joven debido a que éste dejó su moto estacionada muy cerca de donde aquél ofrecía a la venta su mercadería.

Por lo informado por esos testigos, luego de un intercambio de reproches y un cruce de palabras, el vendedor ambulante persiguió al motociclista hasta el interior del negocio.

Allí comenzó a increparlo y a empujarlo. Pero segundos después el episodio continuó en la vereda, donde, como puede observarse en un video registrado por una cámara de seguridad del lugar, el mantero terminó arrojando al piso al muchacho, lo tomó fuerte del cuello y lo golpeó.

FORCEJEO

Cabe señalar que el incidente ocurrió en momentos en que había un importante movimiento peatonal y vehicular en ese sector del microcentro de nuestra ciudad.

Por tal razón, entre las muchas personas que presenciaron la escena, hubo dos transeúntes que intervinieron en defensa del joven motociclista.

Así fue que forcejearon con el enfurecido mantero, hasta que consiguieron que desistiera de continuar agrediendo al motociclista.

Entre los gritos del vendedor ambulante y de quienes actuaron para poner fin al mal momento que padecía el dueño de esa moto, fueron muchos los curiosos que se agruparon para mirar de cerca la tensa situación.

Algunos de ellos no se explicaban por qué el mantero se había enardecido de manera desmedida ante una circunstancia que no hacía prever lo que finalmente sucedió.

Otros, en tanto, opinaban que la decisión del motociclista de haber dejado su vehículo al lado del puesto de este vendedor ambulante pudo haber sido interpretado por éste como “una provocación”.

Cuando hubo quienes imaginaron que el escandaloso momento iba a derivar en una gresca todavía de peores consecuencias, los hombres que intervinieron para reducir al mantero consiguieron su propósito de calmarlo.

De esta manera, el dueño de la moto pudo retirarse en su rodado al cabo de algunos minutos de ver en riesgo su integridad física ante el corpulento vendedor ambulante.

“Es increíble, estamos en enero, con muchísima gente fuera de la Ciudad y nos toca igual presenciar un episodio desagradable como éste en pleno centro”, reflexionó una señora que se detuvo alarmada por el revuelo que provocó el episodio.

 

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