A medio siglo de un polémico partido que estigmatizó al fútbol de Estudiantes

Por orden del presidente Onganía, tres jugadores (Poletti, Manera y Aguirre Suárez) estuvieron detenidos un mes en el penal de Devoto

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Por MARTÍN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Ese partido contra Milan fue algo más que una final del mundo perdida para Estudiantes. Fue el punto de quiebre en su relación con la opinión pública. A partir de ese momento a quienes no les gustaba su manera de jugar explotaron de bronca de por vida. Fue la imagen que utilizaron sus detractores para minimizar y demonizar el trabajo de Osvaldo Zubeldía. A partir de ese momento, para muchos, “nació el término antifútbol”.

Estudiantes ganó 2-1 la segunda final ante el equipo italiano, pero se quedó sin la Intercontinental, ya que en el San Siro había perdido por goleada 3-0. No hubo lugar para el milagro, ni siquiera con la ráfaga en el final del primer tiempo. Pero el resultado fue una anécdota en la historia.

El partido fue, por momentos, sangriento. La actitud de los jugadores albirrojos fue condenable desde el minuto 1 al 90. Confundió entrega con juego brusco y deslealtad. Pero de ahí a señalar a ese partido como la constante de la propuesta de Zubeldía es, cuanto menos, miserable. ¿En ese partido se excedió? Sí, más que eso. ¿En eso se basaba para superar a sus rivales? Para nada.

Mirar aquel partido con los ojos de hoy es imposible. Los partidos de aquellos años en la Libertadores se jugaban así. Peñarol, Racing, Independiente, Boca, Nacional... Estudiantes fue líder en ese grupo.

Pero la prensa mundial quedó impresionada. Aquel grito de “Animals” de los ingleses un año antes (apuntando al origen sudamericana más que al juego) tomó una dimensión sin precedentes. El equipo de Zubeldía quedó estigmatizado con el juego sucio, desleal y violento.

Los albirrojos habían ganado el derecho a jugar su segunda final del mundo de manera consecutiva, por quedarse con la edición 1969 de la Libertadores (tras derrotar a Nacional). El 8/10 se jugó el partido de ida en el San Siro y los locales a dudas: 3-0 de manera categórica. Mucho se habló del desgaste del equipo de Zubeldía, pero no hubo excusas.

A partir de ese momento se empezó a planificar la revancha. El Pincha se instaló en Montevideo para una “concentración” prolongada mientras el clima iba in crecendo en Argentina, con un gobierno militar que presionaba para que un éxito deportivo tapara sus desastres.

El 22 de octubre los 60 mil presentes en la Bombonera hicieron del escenario un campo de batalla. Los jugadores lo tomaron como algo literal y se repartieron de lo lindo. Eduardo Manera se fue expulsado y luego lo siguió Aguirre Suárez, por un trompazo al argentino Néstor Combin. Una vez que finalizó el juego Alberto Poletti agredió al mismo jugador con una patada.

Cuando los jugadores todavía estaban en el vestuario llegó la orden de arresto. El presidente defacto Onganía ordenó que los tres sean detenidos. Luego de pasar los primeros días en diferentes comisarías porteñas terminaron alojados en un pabellón del penal de Devoto. Allí estuvieron un mes y recibieron una sanción deportiva de por vida, que recién con el regreso de la democracia caducó.

El partido arrojó un resultado negativo, pero lo peor para el Pincha fue el estigma que cargó en adelante. Porque el equipo de Zubeldía fue mucho, pero muchísimo más que esos 90 minutos para el olvido en lo futbolístico y lo humano.

LA SÍNTESIS DEL PARTIDO FINAL

Estudiantes (2): Alberto Poletti; Néstor Togneri, Eduardo Manera, Oscar Malbernat, Aguirre Suárez; Raúl Madero, Carlos Bilardo, Juan Taverna, Juan Veron; Daniel Romeo y Marcos Conigliaro. DT: Osvaldo Zubeldía.

Milan (1): Fabio Cudicini; Karl-Heinz Schnellinger, Roberto Rosato, Angelo Anquilletti, Gianni Rivera; Saul Malatrasi, Romano Fogli, Ángelo Sormani; Pierino Prati, Giovanni Lodetti y Nestor Combin. DT: Nereo Rocco.

Goles: PT 30’ Gianni Rivera (M); 43’ Marcos Conigliaro (E) y 45’ Juan R. Verón (E). Cambios: PT 38’ Giorgio Rognoni por Prati (M). ST 8’ Luigi Maldera por Malatrasi (M) y Juan Echecopar por Bilardo (E). Expulsados: ST Manera (E) y Aguirre Suárez (E). Arbitro: Domingo Conley (Chile). Cancha: La Bombonera.

Es importante aclarar que ese año se había implementado la diferencia de gol, por eso no hubo tercer partido.

 

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