Adiós a Anna Karina: ícono de la Nouvelle Vague, musa de Godard e imagen de los años 60

De ojos inmortales y un flequillo que marcó una era, la leyenda de “Vivir su vida” falleció tras una larga lucha contra el cáncer

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Anna Karina fue la gran musa de Jean-Luc Godard y la Nouvelle Vague, la imagen femenina de los 60 que murió el fin de semana, en París a causa de un cáncer, a los 79 años.

Francesa de origen danés, la intérprete de rostro pálido y grandes ojos azulados rodó siete filmes con Godard, en aquel entonces su pareja, en los años 1960. También hizo carrera en el mundo de la música, triunfando junto al legendario Serge Gainsbourg.

De su infancia en Dinamarca, entre una madre distante, una abuela fallecida demasiado pronto y un abuelo a quien adoraba, la actriz conservó una fragilidad a flor de piel.

Siendo todavía menor, viajó a París en autostop con la idea de convertirse en actriz. Rápidamente inició una carrera como modelo. Coco Chanel le cambió su verdadero nombre, Hanne Karin Bayer, por el de Anna Karina.

Godard la descubrió en una publicidad, en la que aparecía en una bañera cubierta de espuma para promocionar un jabón: el cineasta quedó prendado, diría más tarde, de la profundidad de sus ojos azules.

Y le propuso un pequeño papel en “Sin aliento” con Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo, que ella rechazó. El cineasta la volvería a llamar unos meses más tarde para ser la protagonista de “El soldadito”, un filme sobre la guerra de Argelia. Durante el rodaje surgió un romance entre ellos, que duraría varios años.

Juntos rodaron siete películas, entre ellas “Una mujer es una mujer” (premio a la mejor interpretación en el festival de Berlín en 1962), “Vivir su vida” y “Pierrot el loco”, con Jean-Paul Belmondo.

“Nos quisimos mucho. Pero era complicado vivir con él”, contó la actriz años después. “Era alguien que podía decir ‘voy a buscar cigarrillos’ y luego volver al cabo de tres semanas. Era una época en que no había smartphone, ni contestadores”.

El director la llamaba “Anouchka”, el mismo nombre que dio a su productora y se casaron en 1961, cuando ella tenía solo 20 años, menor en aquella época.

De rostro pálido y grandes ojos azulados, rodó siete filmes con Godard en los años 60

 

Para entonces, estaba embarazada, pero sufrió un aborto que le sumergió en una etapa triste y de depresión.

De ahí, llegó la ruptura, que fue abrupta y que no se limitó a la vida sentimental y al cine. Apenas se hablaron desde entonces. La última vez que esta pareja mítica se vio, fue hace más de 20 años. Desde entonces, no hubo ningún contacto.

Fue el rostro frágil de la “nouvelle vague”, más concretamente de Jean-Luc Godard, con quien convivió en los años 60, inseparable de su icónico flequillo. Durante una década, Anna Karina siguió rodando otras películas, aunque siempre será la actriz fetiche de Godard. Trabajó con Jacques Rivette (”La religiosa”, 1966) pero no con Chabrol ni Truffaut, los otros directores de la Nouvelle Vague. “Era la mujer de Jean-Luc. Esto les daba sin duda un poco de miedo”, explicó más tarde.

En paralelo a su vida de actriz, Karina tuvo una carrera musical, tan prolífica como la del séptimo arte, y que duró más, puesto que el año pasado publicó su último disco “Je suis une aventurière”.

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