Por la noche, una cuadra de Villa Elvira a merced de ladrones
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2019 | 02:22

Son poco más de 100 metros, apenas una cuadra, en la que se juntan comercios de diversos rubros y hasta un club de barrio que tienen algo en común: los escruches nocturnos. Según le contaron damnificados y vecinos a este diario, la situación recrudeció en los últimos dos meses. En ese tiempo, al menos cinco locales sufrieron algún tipo de ataque.
El sector en cuestión está en 80 entre 121 y 122; consta de una calle ancha y en la intersección con la avenida 122 hay una rambla divisoria con una cámara municipal apostada.
“El problema es que es un lugar de fácil acceso y tiene salida para la ruta, para La Plata o Berisso”, graficó Walter, un vecino. Para él, lo más importante tiene que ver con la falta de luminarias que vuelven a la cuadra “una boca de lobo”. En esa línea, explicó que “antes había iluminación y desde que ensancharon la 80 eso cambió. Sacaron los faroles y no volvieron a colocarlos, por la noche no se ve nada”.
ESCRUCHES Y QUEMACOCHES
Juan es uno de los encargados del club Almagro y conoce de cerca la problemática con la inseguridad que padece la vecindad. En diálogo con EL DIA, recordó que “acá nos entraron ya dos veces en el último tiempo. La primera vez por el portón que ahora está cerrado y tapado con tablones. Y no hace mucho por la puerta principal”.
Sobre el hecho más reciente, remarcó que “rompieron la puerta de acceso, se llevaron el televisor y algunas cosas del buffet”. Anteriormente, los ladrones habían intentado ingresar al predio por el fondo. Un frentista detectó la maniobra y junto a otras personas lograron capturar al intruso. No obstante, “como era menor ya estaba libre a la hora”, sostuvo Juan.
El miércoles pasado, desconocidos saquearon una peluquería situada frente al club, tras romper una persiana de metal y luego una abertura de vidrio. Un día después, presuntamente los mismos sujetos quisieron repetir el golpe en una pollajería.
María, la propietaria del negocio, aseguró que “la verdad es que está terrible la zona, todas las semanas pasa algo, están haciendo un desastre estos adolescentes”. Asimismo, indicó que el atraco a su establecimiento quedó trunco merced a la intervención de dos caniches de la casa lindera. “Los perros comenzaron a ladrar por el ruido que hacían estos pibes al intentar abrir la cortina metálica. Por suerte se asustaron y huyeron sin llegar a tocar nada”, contó.
La secuencia quedó filmada y tras mirar el video María se llevó una sorpresa: “Era el mismo chico que vino a comprar a la mañana. Se ve que primero pasó a mirar cómo era el local”, señaló.
Gloria, empleada de una panadería, refirió por su parte que “por fortuna a nosotros no nos tocó”. Sin embargo, rememoró que “a mi jefe le prendieron fuego la camioneta (una Renault Kangoo) que estaba estacionada en la puerta, días antes de que comenzara esta ola de robos”. Primero, “le rompieron los vidrios” para hurtar lo que tenía dentro, “pero como no pudieron se la quemaron”, afirmó la mujer.
En la misma semana, “a otro vecino le robaron la batería del auto y herramientas que tenía en el baúl”, destacó.
Todos los episodios relatados tuvieron lugar al amparo de la noche. Además, conforme manifestaron los propios damnificados, quienes llevan a cabo los delitos “son menores” de “entre 16 a 17 años”, aunque “hay alguno que parece más grande”.
“Estamos a la buena de Dios. Tenemos la Comisaría a dos cuadras, pero nos dicen que tienen solamente un patrullero y siempre sale para el lado del Palihue”, finalizó Walter.
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