“Vulneradas en la esfera económica”

Edición Impresa

CANDELARIA BOTTO Y MAGALÍ BROSIO

Investigadoras de la organización Economía Feminista

La violencia de género no se termina en los femicidios, sino que constituye un fenómeno mucho más amplio y multidimensional: las prácticas y actitudes violentas adquieren distintas formas que se complementan y refuerzan entre sí. En nuestra sociedad no sólo es posible encontrar una continuidad con los tipos de trabajo que realizamos asalariadamente las mujeres (como si empleo doméstico, enfermería y docencia tuviesen algún rasgo naturalmente femenino) sino que a su vez el trabajo del hogar sigue quedando a cargo de las mujeres, quienes realizamos casi el 75% de este trabajo no pago destinando casi 6 horas y media al día.

A su vez, las desiguales oportunidades en el mercado laboral que se suman a la asimétrica distribución del trabajo de cuidados tienen implicancias directas en términos de ingresos. En nuestro país, las mujeres ganan en promedio 28,2% menos que los varones y la brecha salarial se amplía a 34% cuando se trata de trabajadoras informales, que representan más de un tercio del total. Las tasas de desempleo también son mayores para las mujeres, siendo las menores de 29 años las más expuestas con una tasa de más del 20%. El resultado de ello es una feminización de la pobreza: el 10% de la población con menores ingresos es más del 70% femenino.

Las mujeres como conjunto estamos vulneradas dentro de la esfera económica, lo que atenta contra nuestra independencia económica, limitando las oportunidades reales y coartando nuestra autonomía. Se configura así un caldo de cultivo para situaciones violentas e impone una verdadera traba a las víctimas, que en estos contextos, se ven a menudo privadas de los recursos necesarios para alejarse de su agresor”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE