Un avión ejecutivo en emergencia tuvo que aterrizar en un maizal
Edición Impresa | 29 de Diciembre de 2019 | 02:03

Un avión ejecutivo aterrizó ayer a la mañana de emergencia sobre un campo de la localidad bonaerense de Otamendi, a pocos kilómetros de Mar del Plata, debido a la falla en sus motores mientras volaba en condiciones meteorológicas adversas, según detallaron fuentes aeronáuticas.
Se trató de una aeronave Cessna C560X matrícula LV-FQD con doce personas entre pasajeros y tripulantes a bordo, que resultaron ilesos gracias a la pericia del piloto, Norberto Barrera, quien logró posar el avión sobre un campo sembrado con maíz, sin mayores daños para sus nueve ocupantes.
El hecho, que está siendo investigado por la sede central de la Junta de Investigaciones de Accidentes Aéreos Civiles (JIAAC), ocurrió cuando la aeronave, que había partido desde el aeropuerto de San Fernando, se dirigía a la estancia “La Venancia”, ubicada en las afueras de Otamendi.
Según los datos aportados por el piloto a quienes llegaron hasta el lugar para socorrer a los ocupantes de la aeronave, el vuelo se desarrollaba en condiciones meteorológicas adversas, pero sin riesgo para el avión y dentro de los parámetros normales de seguridad, cuando una falla en sus motores obligó al aterrizaje de emergencia.
El piloto, con suficiente campo visual, escogió un campo sembrado con maíz para intentar el aterrizaje, que consiguió sin mayores dificultades para los pasajeros, aunque con serios daños para la aeronave.
En un audio que trascendió ayer, el piloto, de 60 años, contó que la aeronave sufrió un “doble engine flameout”, lo que en la jerga aeronáutica significa un “apagón de llama” de sus motores. “Los motores se trancaron, ambos y no podíamos re encenderlos en vuelo”, detalló Barrera.
“TUVIMOS QUE BUSCAR UN CAMPO”
“Veníamos en descenso para la estancia ‘La Venancia‘, tuvimos que buscar un descampado porque Mar del Plata se había cerrado, con 1100 metros de visibilidad, lluvia y sin dos motores no podíamos ir y tuvimos que ir a buscar un campo”, contó el piloto.
“El hecho de que haya llovido toda la noche les jugó a favor. El terreno estaba blando y eso amortiguó el golpe del fuselaje. Después recorrió unos 600 metros por el maizal y frenó cerca de un pequeño monte”, relató a la prensa un integrante del equipo de investigación.
A bordo del Cessna viajaban ochopasajeros vinculados a la familia de propietarios de la estancia que tenía por destino el vuelo. Se trata de Javier Luis Loydi, de 57; Luis López, de 49; José López Carballedo, de 76; Mónica López Gende, de 57; Basilisa Gende Lagares, de 86; Ricardo Diéguez, de 57; Aldo Federido Ciasullu Campomar, de 45, y Tomás López Bosio, de 17.
Uno de los ocupantes del vuelo, López Carballedo es un empresario de origen español que ya había sobrevivido a otros dos accidentes aéreos con naves de menor porte, según contó un allegado de la familia.
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