Entró a robar en una casa, le apuntó a una nena y los padres lo molieron a golpes
Edición Impresa | 29 de Diciembre de 2019 | 02:35

Todo le salió mal en la madrugada del jueves a un hombre de 33 años que todavía está internado en el hospital de Gonnet, tras haber intentado asaltar en una casa de Ringuelet a un matrimonio que conocía por haber vivido en el mismo barrio hace unos años.
Junto a un cómplice, que sigue prófugo, fue en las primeras horas del jueves a una casa de 3 y 512, donde violentó una ventana del frente e ingresó en ese domicilio.
Enseguida fue al dormitorio donde dormían un joven de 27 años, su mujer de 26 y las hijas de ambos: una nena de dos años y medio y una beba de 14 meses.
¿Cómo continuó el episodio?. Ayer, en la puerta de esa vivienda, lo relató a EL DIA Noemí Fonseca (61), abuela materna de ambas menores.
“Fue a las 3 y media de la mañana, cuando mi hija, mi yerno y mis nietas dormían, igual que yo con mi esposo en una habitación del fondo de la misma casa”, comentó inicialmente.
Los ruidos que provocó el intruso al forzar la abertura de la ventana del frente, despertaron a la mayor de las nenas. Y a ella entonces “le apuntó este delincuente con su arma de fuego”.
Pero enseguida se despertaron también sus padres, quienes enfurecieron al observar a su hija en pánico por la amenazante actitud del ladrón.
Entonces, no lo pensaron dos veces: en arriesgada reacción, se abalanzaron sobre el maleante, hasta que lograron reducirlo y atacarlo a golpes de puño.
“AYUDAME GUACHÍN”
Noemí reveló que en ese momento el asaltante se “olvidó” del tono amenazante para gritar “ayudame guachín”, dirigido a su cómplice, que lo aguardaba afuera.
Poco “solidario”, este último tomó una decisión muy diferente: optó por escapar de la escena, convencido de que la situación era muy complicada para su compañero de andadas y que podía serlo también para él.
Entonces, según reveló Noemí, el ladrón procuró, en vano, generar empatía con quienes le pegaron hasta lograr desarmarlo.
Citó al respecto que “se identificó por su nombre y les preguntaba `¿no me conocen?`. Y lo mismo hizo cuando me levanté de la cama para ir a ver qué estaba pasando. `Noemí, soy yo, ¿no me conocés?`, preguntaba. Yo le dije que sí, pero le reproché lo que estaba haciendo, sobre todo porque mi nieta mayor estaba en silencio pero aterrada. Me la llevé a mi cuarto”.
La mujer mencionó que el asaltante “vivió hasta hace un tiempo en este barrio”, donde ya estaban al tanto de sus “actividades” y sus problemas de adicciones, al punto de que “estuvo internado en un centro de rehabilitación”, dijo Noemí, apuntando que, según la Policía, “salió de la cárcel hace un año”.
Tras un llamado al 911, móviles policiales fueron al lugar y al ver al ladrón muy lastimado en la cabeza y su rostro, pidieron una ambulancia que lo trasladó al hospital San Roque. Los oficiales secuestraron en la casa el arma del maleante y el casco de una moto.
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