El cura Lorenzo “lo invitaba a dormir y le pedía masajes”

La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico brindó detalles de la nueva denuncia de abuso que se incorporó esta semana a la causa contra el ex párroco de Gonnet

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Luego de que el lunes un hombre de 45 años identificado como Gustavo denunciara ante la Justicia haber sido abusado por el cura Eduardo Lorenzo cuando tenía 16, la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico brindó detalles de esta quinta denuncia contra el ex capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense y hasta hace unas semanas párroco de Gonnet. Frente a este nuevo testimonio que se suma contra el religioso, uno de los denunciantes volvió a pedirle a la fiscal Ana Medina que solicite su detención.

En una conferencia de prensa convocada frente a la sede las Fiscalías de La Plata, representantes de la Red de Sobrevivientes explicaron que Gustavo, cuya identidad se mantiene en reserva, conoció al cura Lorenzo en 1991, cuando éste tenía unos 30 años y coordinaba un grupo de jóvenes scouts.

“En esa época Lorenzo era coordinador de los grupos scouts de La Plata, lo que dio lugar a que se generara una amistad (con Gustavo), que en ese momento tenía 16. El cura solía invitarlo a la casa parroquial de Berisso y, a veces, cuando se hacía tarde, le insistía para que se quedara a dormir en una habitación contigua a la suya, algo que con el paso del tiempo se empezó a repetir”, contaron voceros de la Red al dar detalles de lo que el propio denunciante declaró el lunes ante la fiscal.

En una de esas ocasiones, “Lorenzo le pidió que le hiciera masajes en la espalda y se recostó indicándole (a Gustavo) que él también se pusiera cómodo y se sentara encima suyo, sobre el culo, porque le hacía doler las piernas”. Después de unos minutos y por la incomodidad de la situación, el chico “le dijo que estaba cansado y se fue”, lo que no impidió que en otras oportunidades el cura insistiera en recrear esa situación, según explicaron ayer desde la Red.

“Esto siguió pasando hasta que Lorenzo se fue a Olmos -aseguraron desde la Red en referencia al momento en que el cura fue trasladado a la Iglesia San Benito-. Y en esos momentos siempre le decía que lo que hacían no estaba mal porque eran amigos”.

Al encontrarse tiempo después en Olmos, Lorenzo “lo invitó (a Gustavo) al bar Almendra donde tomaron mucho whisky y le propuso volver a la parroquia con la excusa de que tenía dolor de espalda. Ahí estando acostado volvió a pedirle masajes mientras le movía el culo diciéndole que no se pusiera mal por la situación. Cuando él trató de irse, el cura lo agarró y trató de darle un beso en la boca. En ese momento él le dijo que le iba a arrancar la cabeza y se fue”.

Como relataron desde la Red de Sobrevivientes, Gustavo tomó la decisión de sumarse a la causa como denunciante recién en las últimas semanas, tras conocer a través de este diario el testimonio de otra de las supuestas víctimas del cura Lorenzo, lo que le produjo un shock emocional.

El cura Lorenzo está acusado de cometer presuntos abusos sexuales contra, al menos, tres adolescentes entre 1990 y el 2008, en una causa que investiga la fiscal. A mediados de noviembre se presentó una nueva supuesta víctima de Lorenzo, de nombre ficticio Juan, quien relató ante ella cómo el sacerdote lo manipuló psicológicamente hasta convertirlo en su esclavo para luego abusar sexualmente de él.

“RIESGO DE FUGA”

Tras este nuevo testimonio que se suma a la causa por abuso sexual y corrupción de menores que la Justicia lleva adelante contra Lorenzo, Julián Bártoli, quien en julio pasado denunció haber sido abusado por él cuando era adolescente, volvió a pedirle a la fiscal Medina que solicite la detección ante la posibilidad de que intente fugarse.

Así lo informó Dino Bártoli, el padre de Julián, al explicar que la reiteración del pedido de detención para Lorenzo que su hijo ya había formalizado en octubre se fundó en “el riesgo de fuga del cura, que suele viajar al exterior, según constatamos en Migraciones”.

 

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