Acorralados, los deudores de créditos UVA se unen en La Plata para pedir un salvavidas
Edición Impresa | 28 de Febrero de 2019 | 03:23

Para los deudores de créditos hipotecarios regidos por el sistema UVA, el vencimiento de cada una de sus obligaciones financieras asoma en el horizonte como una bestia que mes a mes acecha más feroz. Cuotas y capital crediticio suben de la mano de la inflación, y ponen a miles de familias en un callejón cuya salida cada vez parece estar más lejana. Ayer, un grupo de damnificados por esta situación protagonizó un acto en el centro platense, con el objetivo de “visibilizarla”.
El encuentro tuvo lugar en plaza San Martín. Apenas pasadas las 17, los poseedores de los préstamos UVA se congregaron con pancartas alusivas en el espacio verde situado entre la Casa de Gobierno y la Legislatura bonaerense, se hicieron escuchar y se tomaron una foto colectiva.
“Si bien la convocatoria tiene alcance nacional, es la primera intervención que hacemos en La Plata” destacó Matías Troncoso, uno de los referentes del grupo Hipotecados UVA, que se reúne semanalmente frente a plaza Moreno: “la idea es nuclear a todos los que estén pasando por esta situación apremiante”.
Lanzados en abril de 2016 con plazos de hasta veinte años y tasas a partir del 3,5 por ciento mensual, los créditos hipotecarios indexados por inflación -concretamente, por el Coeficiente de Estabilización de Referencia o CER-, fueron masivamente solicitados durante dos años -se estima que se otorgaron más de 170 mil- y luego se desplomaron. Hoy son una espada de Damocles que cada vez pesa más y pende de un hilo más angosto.
A lo largo de 2018, los costos de estos préstamos para vivienda superaron con holgura las subas registradas en los alquileres; mientras quienes sueñan con la casa propia padecieron una indexación del 47,5 por ciento, quienes alquilan debieron afrontar subas en torno al 35 por ciento.
“Debido al aumento en las cuotas, hay familias que empezaron a llenarse de deudas”
Matías Troncoso
Hipotecados UVA Autoconvocados
Entre los presentes en la movida de plaza San Martín estuvo Néstor Rubén Menduiña, quien sacó el crédito en abril del año pasado, con la intención de adquirir un departamento, y se le asignó una cuota de 11 mil pesos para devolver $2.100.000 a lo largo de 30 años. A partir de ese momento, y hasta diciembre, pagó 47 cuotas -cada vez un poco más caras- con la idea de achicar tiempos y deudas; sin embargo, en enero le informaron que debía $2.630.000. Y a inicios de este mes, $2.728.000, con una cuota de $15 mil.
“Es imposible pagar; los números no dan por ningún lado” sentenció Rubén, quien como muchos de sus pares aspira a que prospere una iniciativa cuyo tratamiento legislativo nacional se baraja, y que permitiría modificar la variable central de ajuste de los créditos pasándola de la inflación a la indexación salarial.
Matías Troncoso explica que el de Menduiña es un caso testigo, pero que todos están en el mismo barco escorado: “hay gente que arrancó con una cuota de 23 mil pesos y hoy paga 38 mil, la ayuda la familia y se empezó a llenar de deudas porque dejó de pagar patente, impuestos municipales... La proyección que hacemos, tal como están las cosas, es que podemos terminar devolviendo cincuenta y hasta cien veces más de lo que nos prestaron”.
Hasta ahora, el único mecanismo que algunos bancos pusieron a andar para aliviar los bolsillos de los deudores fue la prolongación de los planes de pago, ofreciendo mayor cantidad de cuotas -concretamente, hasta un 25 por ciento más-. “En la práctica se trata de dos meses de tranquilidad, con una reducción de la cuota mensual de un 15 por ciento, contra seis años más de pagos” revela Troncoso: “es una ecuación que no cierra, porque en el segundo semestre vamos a estar viviendo la misma situación de angustia que ahora”. Además, se advirtió, es una herramienta que se puede utilizar sólo una vez por todo el tiempo que dure el crédito.
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