La imponente iglesia que nació, vivió y fue demolida en el corazón de la Catedral

La Capilla Nuestra Señora de los Dolores se construyó entre abril y diciembre de 1901. Durante 30 años fue la Iglesia Catedral de La Plata. El templo mayor se hizo en torno suyo. Cuando éste se inauguró, fue desmantelada

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Por: CARLOS ALTAVISTA

caltavista@eldia.com

Hubo una iglesia Catedral de La Plata que nació, vivió más de 30 años y tocó a su fin dentro de la Catedral que, desde 1932, brilla hasta hoy como uno de los mayores templos del país y del mundo.

Esta hermosa historia que esconde la Ciudad entre sus edificios patrimoniales, sus barrios y sus diagonales tuvo su génesis en 1901. Durante ese año, teniendo en cuenta que los trabajos para terminar la Catedral se iban a extender en el tiempo, se construyó la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, la cual “fue declarada iglesia Catedral con todos los privilegios, derechos y prerrogativas que como tal le corresponden, y desde el día de la fecha (22 de diciembre) dejará de serlo la iglesia parroquial de San Ponciano, que hasta este momento ha estado sirviendo de iglesia Catedral provisoria”, rezan los boletines eclesiásticos que, con sumo celo, guarda la Fundación Catedral de La Plata.

La presidenta de la Fundación, Miriam Moralejo Ibáñez, y el arquitecto de la organización, Esteban Casas, explicaron que San Ponciano sirvió como catedral en forma temporal y por un espacio brevísimo de tiempo (1897-1901).

Los cimientos de San Ponciano se habilitaron al culto el 19 de noviembre de 1883, para el primer aniversario de la Ciudad. “El corazón de La Plata estaba entonces sobre la diagonal 80. Incluso se ingresaba por avenida 1 y se llegaba hasta Plaza San Martín. La ‘vida’ estaba ahí. El resto prácticamente era campo”, relató Casas. Aunque aclaró que “el diseño original contemplaba como corazón platense a la Plaza Moreno, el Palacio Municipal y la Catedral”. Ese hecho, sumado a la intención manifiesta de que la actividad eclesiástica estuviese concentrada a pasos del Arzobispado, aceleró la decisión de que en 1901 -seis años después de que comenzaran las obras de la Catedral- empiece la construcción, en su ‘estómago’, de la Capilla de los Dolores.

Podría pensarse que se trató de una edificación sencilla. Nada de eso. La capilla se levantó con los mismos materiales que el templo mayor, respetó su estilo gótico, y tuvo 10 metros de ancho por 40 metros de largo. ¿Dónde? La Catedral es, como se sabe, de planta cruciforme. El brazo corto de la cruz latina -o transepto- está dividido en tres naves: una central y dos laterales. “La parroquia ocupaba la nave lateral occidental, es decir, la que da a la calle 15. Se entraba por 15 y 53. El actual sendero en diagonal que parte de esa esquina termina en una escalera. Bien, esa fue la primera escalera que tuvo la catedral”, describió Casas sobre el terreno, el viernes por la tarde. “Con una salvedad. Hoy esa escalera no termina en una puerta. En aquel entonces daba al portón de ingreso a la capilla”, resaltó.

Nuestra Señora de los Dolores estaba a 3,40 metros sobre el nivel cero. O sea, a la misma altura que el piso del templo mayor. Los obreros que se movían en el subsuelo, así como los rieles por los que se desplazaban los carros con materiales, pasaban por un túnel que se había dejado bajo la parroquia, justo en su parte central.

La iglesia tuvo hasta piedra fundamental. Su bendición, a cargo del obispo diocesano Monseñor Juan Nepomuceno Terrero, en principio estuvo programada para el 14 de abril de 1901. Pero fue “postergada para el domingo 21, en razón de que las bóvedas del piso se hallaban muy frescas para poder soportar sin peligros la numerosa concurrencia que asistirá a dicho acto”, consta en el boletín eclesiástico de aquellos días.

La crónica de la primera misa puede leerse en un histórico número de la revista Caras y Caretas. “El ilustrísimo obispo titular de La Plata, Monseñor Terrero (...), se puso al frente de los trabajos desde un altar improvisado”. Y pidió a las autoridades provinciales presentes que “por todos los medios a su alcance” tuviesen lista, para ser inaugurada en septiembre, la nave dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, a lo cual “se comprometió el ingeniero señor Benoit”.

Esa misa del 21 de abril de 1901 se ofició a cielo abierto, en una capilla a medio construir. Borrosas fotos de la época permiten observar que las paredes laterales sólo alcanzaban un metro de altura, de modo tal que los fieles se asomaban para ver los espacios laterales vacíos que “allá abajo” permitían observar las bases de la catedral en construcción.

El boletín eclesiástico, en un párrafo, se refirió así al evento: “Entre la numerosa concurrencia puede decirse que figuraba lo más selecto de La Plata. Una multitud de pueblo (sic) se había estacionado en la planta baja de la Catedral”.

Finalmente no fue en septiembre. Pero, tras ocho meses de labor continua, el 22 de diciembre quedó habilitada la imponente parroquia que, desde entonces y hasta la inauguración del templo mayor en 1932, fue la iglesia Catedral. Desde 1902 estuvo a cargo del presbítero Isidoro Iturralde.

Aquel día de fines de diciembre era casi imposible ingresar a la capilla por la “enorme concurrencia que la rodeaba”. Estaban Monseñor Terrero, el obispo auxiliar Francisco Alberti, el gobernador Bernardo de Irigoyen, ministros, arzobispos de todo el país. Esteban Casas reseñó que Terrero finalizó diciendo más o menos los siguiente: “Que ellos eran sacerdotes de la paz y la deseaban honrosa para su patria, la Argentina; a pesar de que, en el caso de verse envuelta la República en una guerra, hacía votos porque el nuevo templo que allí se levantaba en honor a la virgen de los Dolores fuera el sitio sagrado donde se solemnizarían las victorias gloriosas de los ejércitos argentinos”.

¿Guerra? Precisamente a fines de 1901, el país estuvo a nada de entrar en guerra con Chile por el Canal de Beagle y sus islas.

“Estilo gótico, 40 metros de largo por 10 de ancho, el altar mayor en la parte superior (de espaldas a calle 51 y al actual Normal 1) con una artística imagen de la Dolorosa del artista Ramos Acevedo, y dos alteres laterales: el del Sagrado Corazón de Jesús y el de San José. Ochenta bancos de cedro lustrado y piso totalmente alfombrado”. Así era la capilla, en líneas generales, según las crónicas de la época.

Poco antes de la inauguración de la catedral, en 1932, fue desmantelada.

Hacia fines de la década de 1980, en el subsuelo de la esquina de 53 y 15, la capilla del Nazareno creada en 1981 fue ampliada y se convirtió en la actual Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, como legado de aquella pasajera y emblemática parroquia que supo ser Catedral dentro de la Catedral.

 

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