Para que el tren brinde un servicio eficaz entre La Plata y Constitución

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Pocas semanas atrás se cuestionaba en esta columna la necesidad de incorporar al tren entre La Plata y Constitución vagones de antigua procedencia, ya que los agregados en esos días tienen más de tres décadas de antigüedad, carecen de aire acondicionado y muchos de ellos cuentan con ventanillas que no cierran. Esa situación, tal como se informó ayer, quedaría superada a partir de un acuerdo firmado con China.

Según la información oficial, el Ministerio de Hacienda de nuestro país suscribió con el China Development Bank (CDB) una línea de crédito destinada a la adquisición de material rodante para el ferrocarril Roca, en el ramal Quilmes que utilizan unas 600.000 personas a diario.

La operación prevé la compra de 200 unidades eléctricas a la empresa china Qingdao Sifang (CRRC), además de la adquisición de repuestos, herramientas, contratación de servicio técnico, capacitación y mantenimiento de esos coches. Según funcionarios argentinos, esta incorporación aumentará en un 20 por ciento la capacidad de transporte de la línea Roca y mejorará la conectividad de La Plata y estaciones de la periferia con el centro porteño.

Por otra parte, esta semana comenzarán los trabajos de recuperación de la estación de trenes de 1 y 44, informaron en el ministerio de Transporte de la Nación y en la Municipalidad de La Plata. Los trabajos afuera de la estación incluyen vereda, cruces peatonales seguros y aceras -que se llevarán a cabo en conjunto con la Comuna-, mientras que en el interior de la Estación habrá andenes nuevos para mejorar la accesibilidad al tren. Por el momento, no indicaron nada sobre el techo de la terminal.

El constante crecimiento de la cantidad de pasajeros que se vuelcan sobre el tren en la actualidad no sólo demuestra la aceptación que la población tiene por este sistema de transporte –algo que se experimenta en todo el mundo-, sino que los pasajeros reclaman mejoras pendientes, entre ellas el cerramiento del techo de la Terminal platense, un trabajo que aparece como prioritario.

Asimismo, los usuarios no dejan de reclamar la existencia de un sistema que prevea opciones como los trenes rápidos, semirrápidos y locales, tal como existieron durante décadas. El viaje a Constitución demanda hoy unos 70 minutos e incluye numerosas paradas intermedias, en una situación que traduce demoras excesivas y que podría aligerarse mediante la adopción de esas alternativas.

Existen también otras mejoras atendibles que deben efectuarse en estaciones intermedias, en lo que concierne a la modernización de los talleres, tenencia de repuestos y herramientas, entre otras necesidades técnicas y de capacitación que el ferrocarril demanda luego de décadas de abandono.

Con un tránsito automotor colapsado por el crecimiento del número de vehículos, el sistema ferroviario –que resurgió en casi todo el mundo- constituye la opción más eficaz para el traslado de miles de pasajeros. Por ser además la menos costosa y la más rápida de las alternativas, sólo es dable esperar que ese servicio brinde entre La Plata y Constitución, sin excepciones, una prestación acorde a las exigencias de la época.

 

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