Manu en lo más alto

En una ceremonia conmovedora, el mejor basquetbolista argentino de la historia tuvo un homenaje acorde a su notable carrera. Sonó el himno nacional y estuvieron sus amigos de la Generación Dorada. Inolvidable

Edición Impresa

De película, verdaderamente, fue el reconocimiento de San Antonio Spurs a Emanuel Ginóbili, el basquetbolista argentino más grande de la historia, en la emotiva ceremonia que anoche recorrió el mundo con imágenes que mostraron la camiseta número 20 que vistió el bahiense colgada en lo más alto del estadio AT&T Center, y se desarrolló al término del partido por la temporada regular disputado con Cleveland Cavaliers.

El mundo de la NBA quedó a los pies de Manu, quien fue puesto a la altura de otras leyendas de un ámbito que, hasta su desembarco, parecía inaccesible para un representante de nuestra tierra, y que sin embargo lo terminó reconociendo a un grado tal que el equipo con el que alcanzó la gloria lo inmortalizó retirando su camiseta. Un episodio reservado para muy pocos.

No hubo ausentes, y si los hubo fue por causas de fuerza mayor, y las emociones se alimentaron en las últimas horas, sacudiendo con fuerza al protagonista central, como era obvio, pero también a quienes de alguna forma compartieron sus momentos: en San Antonio y el seleccionado de la Argentina, en lo deportivo, y lógicamente a todos sus allegados.

Una noche mágica que se extendió a todo el básquet argentino, porque Ginóbili fue una expresión de su crecimiento a nivel internacional, con ejemplos por demás claros en competencias a lo largo de las cuales se llegó a instalar por arriba de los Estados Unidos.

Manu jugó 16 temporadas para el equipo del sur de Texas, se convirtió en el noveno de los Spurs cuya camiseta fue retirada y ahora pasó a ser parte de un selecto grupo que llega a casi 200 camisetas retiradas en las franquicias de la Liga más poderosa del mundo.

En la previa imaginó, y lo dijo a través de las redes sociales, que iba a ser una noche difícil: de nervios y tensión, pero que trataría de disfrutarla lo más posible. También en esto se adelantó Manu, quien se desligó de lo que tuviera que ver con la organización, dejando el tema a cargo de la NBA.

También antes de la acción, Gregg Popovich, técnico de Ginóbili en sus temporadas de la NBA, bromeó sobre el futuro del argentino, al asegurar que “es demasiado inteligente para ser entrenador”.

“La tarea de entrenador es muy sacrificada. Podría serlo o también ejecutivo”, asumió Popovich, ganador con Manu de cuatro anillos de la NBA: 2003, 2005, 2007, 2014, acerca del bahiense, que a los 41 años fue convertido en leyenda de los San Antonio Spurs.

Las imágenes de invitados especiales llegando a la ciudad, en algunos casos tomando contacto con Ginóbili, se trasladaron anoche al estadio donde se cruzaron San Antonio Spurs-Cleveland Cavaliers, dejando en el camino postales plenas de una alegría compartida, y antes que la pelota comenzara a circular, el primer toque celeste y blanco: el himno nacional argentino a cargo de Michelle Leclercq, cantante argentina que vive en los Estados Unidos.

El juego avanzó en los términos acostumbrados, aunque el interés por los movimientos de ambos equipos fue compartido por lo que empezaba a verse en dirección al gran cierre. Manu, que apareció en un sector preferencial, acompañado de Robert C. Buford, el manager general de la franquicia, ganaba protagonismo minuto tras minuto.

Ginóbili era el eje de la noche en el AT&T Center, sin dudas, y las imágenes que llegaron a través de la televisión, junto a las alternativas del juego, se encargaron de trasladarlo en forma repetida.

Cuando se completó un primer tiempo adverso para San Antonio, y hubo coincidencia en el que las emociones por lo que venía seguro jugaron en contra del local, hubo un reconocimiento de la Generación Dorada al líder de un equipo que llegó a lo más alto al obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y a través de las pantallas se mostró un saludo del presidente Mauricio Macri.

Final del partido, y el corazón de Emanuel Ginóbili comenzó a palpitar más rápido. Nadie se movió de su lugar tras el 116-110 de los Spurs, toda la atención se fijó en la camiseta número 20. De película.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE