Tres adolescentes hicieron estragos en los negocios de la zona de la Estación
Edición Impresa | 30 de Marzo de 2019 | 04:15

Oscar decidió que ayer era un buen día para resolver de una vez el trámite por la cobertura de los daños que la última granizada le causó en el auto, pero mientras él hacía esa gestión tres pibes le causaban un fuerte dolor de cabeza a su esposa: a fuerza de amenazas la redujeron en su kiosco, la empujaron y le vaciaron la caja registradora.
No habría sido el único negocio de la zona que atacó esta misma bandita en apenas un rato: “Fueron por lo menos tres”, dijo una vecina.
Otro comerciante de las inmediaciones no se mostró asombrado por el raid: “A mi me robaron dos veces en los últimos 20 días”, comentó.
zona de riesgo
Oscar (54) y su esposa, que hace cuatro años abrieron un kiosco sobre la calle 2, casi diagonal 80, venían “zafando” de la inseguridad que castiga fuerte a otros comerciantes de la zona.
“Este (por el de ayer) fue el primer asalto”, reveló el hombre a este diario, antes de detallar que sucedió alrededor de las 4 de la tarde, cuando su mujer estaba al frente del negocio.
“Entraron tres chicos que tenían entre 13 y 15 años y pidieron un Speed”, contó. En ese momento había otra clienta, por lo que ellos pagaron la bebida y se fueron. O eso hicieron creer.
Una vez que la otra mujer se retiró del local ellos regresaron con una actitud muy distinta: “Parecían del far west”, comparó una vecina que se contactó con este diario, y enseguida amenazaron a la kiosquera para reducirla por completo.
Después de abrirse paso hasta el otro lado del mostrador apartaron a la víctima de un empujón y abrieron la registradora, manoteando todos los billetes grandes. “Se habrán llevado 1500 o 1600 pesos”, calculó Oscar, y agregó que “dejaron el cambio”.
La secuencia, que duró unos cuantos instantes, dejó a la víctima con un bajón de presión. Los ladrones escaparon corriendo, aparentemente con la complicidad de un sujeto mayor que los esperó en la puerta, según vecinos. Estos mismos testigos refirieron que la banda “atacó por lo menos tres negocios” de las inmediaciones, en un verdadero raid. Los damnificados llamaron al 911, pero “mi mujer les indicó que (los delincuentes) fugaron en una dirección y el patrullero se fue para la otra”, se quejó Oscar. El hombre cree que la inseguridad recrudeció con el retiro de los policías de la Local que caminaban por la zona “hasta hace poco. Ya no los vemos más”.
No muy lejos de allí, otro kiosquero confirmó que el delito les pega fuerte y recurrentemente.
A cargo de un negocio que funciona en 45 entre 3 y diagonal 80, contó que “la semana pasada tuvimos un asalto y hace menos de 20 días, otro”, en ambos casos “a manos de dos chicos”.
A diferencia del negocio de Oscar, en el de Augusto la inseguridad no es un factor nuevo, por lo que desde hace tiempo adoptaron medidas para frenarla, aunque no siempre resulten efectivas. “A partir del mediodía atendemos a través de una ventanita”, dijo, pero los ladrones aprovechan cualquier instante en que la puerta queda abierta.
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