Un hombre denunció que fue violado por un sacerdote en la Catedral de Santiago de Chile
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2019 | 01:24

SANTIAGO DE CHILE
Daniel Rojas Alvarez (43), un indigente chileno, demandó a un sacerdote de la Catedral de Santiago por haberlo drogado y violado en el recinto religioso y acusó al cardenal Ricardo Ezzati de encubrir el hecho, presuntamente ocurrido en el verano de 2015.
“El caso es terrible, inaceptable”, afirmó ayer a la prensa Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal chilena, mientras el Arzobispado de Santiago admitió que recibió la denuncia contra el sacerdote Rigoberto “Tito” Rivera, quien no puede oficiar misas públicas desde el año pasado.
La Iglesia Católica chilena no logra levantar cabeza desde hace poco más de un año, cuando estallaron decenas de denuncias de abusos sexuales de sacerdotes contra menores de edad, al punto que el papa Francisco afirmó en mayo que la Iglesia local vive hace décadas “una cultura del abuso y el encubrimiento”. La mayoría de los obispos chilenos renunciaron ante el Papa en mayo de 2018, quien confirmó la salida de siete de ellos, mientras los demás esperan para conocer su futuro. Uno de los miembros salientes es el arzobispo y cardenal Ezzati, quien renunció en 2017 y aún no fue reemplazado.
Rojas Alvarez, contó el lunes al canal 7 de la TV estatal que hace cuatro años acudió a la Catedral de Santiago a pedir ayuda para comprar un remedio para su hija, que tenía una infección urinaria.
“Yo fui violado en la Catedral de Santiago”, contó llorando. Rojas denunció a Rivera pocos días después de ser abusado. “Lo único que buscó es verdad y justicia”, añadió.
El indigente, ubicado por el canal de TV en una plaza capitalina, relató que el cura le dio un vaso con agua y que al poco rato se sintió débil y que veía cómo el religioso le bajaba los calzoncillos, lo besaba y lo violaba. “Empecé a llorar. A desesperarme. Una situación terrible, totalmente vulnerable, donde a una persona la ves bajándote el cierre”, señaló entre llanto. Rojas demandó a Rivera y al Arzobispado por 350.000.000 millones de pesos (unos 530.000 dólares).
El Arzobispado de Santiago enfrenta otra demanda por una cantidad similar interpuesta por las tres víctimas de Fernando Karadima, el mayor cura pedófilo de la iglesia chilena conocido hasta ahora.
El indigente afirma que contó los hechos al cardenal Ezzati, quien le pidió rezar por el cura y le entregó 30.000 pesos (45 dólares), pidiéndole que no contara a nadie lo sucedido.
Ante el nuevo escándalo, el Arzobispado de Santiago emitió un comunicado en el que admite que las primeras denuncias por abuso contra Rivera datan de mediados de 2011 y que no investigó porque “no fue posible contactar a la denunciante”. (AP)
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE