La “web profunda”, el lugar donde lo ilícito resulta invisible

Edición Impresa

Por WALTER ROJAS (*)

La suprema corte de los Estados Unidos definió a Internet como “una red internacional de computadoras interconectadas, que permite comunicarse entre sí a decenas de millones de personas, así como, acceder a una inmensa cantidad de información”, considerándola como “un único y totalmente nuevo medio de comunicación humana mundial”. Para ingresar a cualquier página disponible, se indica el nombre de dominio del sitio deseado (DNS, Domain Name System), identificado con la triple “w”, acrónimo de “world wide web” (red informática mundial o red de redes), que es automáticamente convertido en un número denominado IP y un DNS. Estas IP son asignadas por un organismo que las coordina a nivel mundial (IANNA). Se puede decir que hay dos niveles de internet en la red, uno superficial compuesto por todos aquellos contenidos que pueden ser localizados e indexados por los buscadores y otro, el profundo o invisible “Deepnet”, “Invisible web”, “Deep Web”, “Dark Web” o “Hidden Web”. Éstas se hallan compuestas por aquellos contenidos que NO son detectados por los buscadores habituales, como consecuencias de ser páginas con acceso restringidos por algún motivo, presumiblemente ilícito. A esta parte de la red se la conoce como “Internet profunda”, “Internet invisible” o “Internet oculta”. La moneda “de curso legal” en la deep web es el Bitcoin, inconfiscable y anónima. La dirección en la que un usuario recibe una transferencia de bitcoins es completamente anónima, pero las transacciones con esta moneda son públicas. La alta posibilidad de que el usuario sea víctima del delito de estafa electrónica radica en que no se puede determinar su destino, resultando dificultosa su recuperación.

 

(*) Experto en cibercrimen

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE