Sangrienta cadena de atentados a iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka
Edición Impresa | 22 de Abril de 2019 | 01:45

COLOMBO
Al menos 207 personas, incluyendo docenas de extranjeros, murieron y centenas resultaron heridas ayer en atentados contra tres iglesias que celebraban la misa de Pascua y cuatro hoteles de lujo en Sri Lanka. Ante la gravedad de la situación, el gobierno ordenó un toque de queda de duración indeterminada que entró en vigor ayer mismo y el bloqueo temporal de las redes sociales.
Hasta el momento, se contabilizaron 207 fallecidos y 450 heridos en los ataques, que todavía no fueron reivindicados, señaló el portavoz de la policía, Ruwan Gunasekera, en una rueda de prensa. Hay al menos ocho detenidos. Se trata del episodio más violento ocurrido en el país desde el fin de la guerra civil, hace una década.
En un video filmado en una de las iglesias atacadas pudieron verse numerosos cuerpos desmembrados por el suelo, lleno de escombros y de sangre. La explosión fue tan fuerte que provocó el desprendimiento de parte del techo.
Se produjeron ocho explosiones en esta turística isla, seis por la mañana y dos por la tarde. Al menos dos de ellas fueron obra de kamikazes, según testigos.
El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, calificó los ataques de “cobardes” e hizo un llamado por la unidad del país.
El arzobispo de Colombo, Malcom Ranjit, exhortó al gobierno de Sri Lanka a “castigar sin piedad” a los responsables, a través de una “investigación sólida imparcial”. Desde el Vaticano, el Papa expresó su tristeza y solidaridad.
Sri Lanka (22,5 millones de habitantes) es un país mayoritariamente budista que cuenta con unos 1,2 millones de católicos. Junto al 70% de budistas, los hindúes representan un 12%, los musulmanes un 10% y los cristianos un 7%.
Por la mañana, en Colombo, se produjeron ataques en tres hoteles de lujo y en una iglesia. En Negombo, al norte de la capital, y en Batticaloe (este de la isla) fueron atacadas otras dos iglesias.
Por la tarde, se produjo otra explosión en un cuarto hotel, situado en Dehiwala, en la periferia sur de la capital.
Al menos 35 extranjeros figuran entre los fallecidos, incluyendo un portugués, un holandés y varios estadounidenses. Ciudadanos japoneses y británicos resultaron heridos.
Los cuerpos de 27 personas, presuntamente extranjeras según las autoridades, ingresaron en el hospital nacional de Colombo, según un responsable del ministerio de Relaciones Exteriores, Ravinatha Aryasinha.
De Irán a Reino Unido, pasando por Argentina, las condolencias y los llamados a defender la libertad religiosa o a luchar contra el terrorismo se fueron multiplicando por todo el mundo. El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que su país está “dispuesto a ayudar”, como había hecho antes la Unión Europea.
El jefe de la policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara, alertó hace diez días en una nota a los oficiales de alto rango de que un grupo musulmán radical planeaba ataques suicidas contra “iglesias importantes así como la embajada india en Colombo”.
El NTJ es un grupo musulmán radical de Sri Lanka que se dio a conocer el año pasado cuando fue implicado en actos vandálicos contra estatuas budistas.
“ERA EL CAOS TOTAL”
Las primeras explosiones que se registraron tuvieron lugar en la iglesia de San Antonio, en la capital, y en la iglesia San Sebastián de Negombo. “Eran las 8 y media de la mañana. Había muchas familias”, contó un empleado. Con un plato en la mano, “se digirió al principio de la cola y se hizo estallar”, agregó. “Un gerente que recibía a los clientes forma parte de los que murieron instantáneamente. Era el caos total”.
El ministro de Reformas Económicas, Harsha de Silva, dio cuenta en Twitter de “escenas horribles” en la iglesia de San Antonio y en dos de los hoteles atacados, que visitó. “Vi fragmentos de cuerpos desperdigados por todas partes”, tuiteó, añadiendo que había “muchas víctimas, incluyendo extranjeros”.
En Sri Lanka, los católicos son percibidos como una fuerza unificadora ya que tienen adeptos tanto entre los tamiles como los cingaleses. Sin embargo, algunos cristianos son mal vistos porque apoyan las investigaciones exteriores sobre los crímenes presuntamente cometidos por las fuerzas armadas contra los tamiles durante la guerra que culminó en 2009. Según la ONU, el conflicto de 1972 a 2009 dejó entre 80.000 y 100.000 muertos. (AFP, EFE y AP)
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