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Día del Trabajador


Daniel E. Chavez expresa: “Soy un hombre de sesenta y un años que por problemas de salud no trabajo desde hace 8 años. Pero trabajé desde que dejé la escuela primaria, hasta fines de 2010, cuando tuve que decir basta por razones de salud. Desde entonces no manejo un solo peso siquiera. Me acostumbré a la pobreza, me adapté a la precariedad, me sometí voluntariamente a la limitación económica. No tengo jubilación, pensión, mucho menos plan de ayuda social, ni los necesito urgentemente. Sí recibo dádivas, pero de mi familia y mis amigos que bien me quieren, gracias a los cuales me sostengo. En este año electoral, festejaré el Día del Trabajador como siempre lo hice: de manera sobria, medida y singular; no pensando en mí, sino en los demás, en el mundo que me rodea. En mi micromundo (para ser más explícito), que es el país en el cual vivo. En el cual la pobreza actual me permite aún sobrevivir con dignidad, buena voluntad y buenas intenciones, aunque el dinero me falte. Y tratando de impedir que me alcance la miseria. Ni a mí, ni a los que me rodean. Hago mías las palabras de San Pedro cuando dice: ‘Sean sobrios y vigilen, porque su adversario, el diablo, como un león rugiente, ronda buscando a quien devorar. Resístanle firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo soportan los mismos padecimientos’. Ese diablo, que cita Pedro, para mí es la miseria que no me podrá alcanzar”.

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