Que vuelva el fútbol

Edición Impresa

Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

Es como si el fútbol nos fuera dejando en cada jornada. O al menos el juego, la esencia del deporte que congregara multitudes a lo largo de los años y que ahora aparece dominado por las polémicas, las peleas y los desencuentros más que por la pelota. Entre aquellos que son “traidores” para algunos e ídolos para otros, chicanas inoportunas de quienes deberían dar el ejemplo y disparatados encontronazos se debate hoy en día nuestro deporte preferido.

Se habla muy poco de lo que ocurre en la cancha mientras gira la pelota y se consumen largos espacios de tiempo discutiendo hasta donde Mauro Zárate tiene derecho a sobreactuar el festejo de un penal. O si está bueno y es “parte del folklore” que el presidente de Boca descargue su ironía por twetter contra el rival de siempre desde donde con seguridad ya están esperando la oportunidad de contraatacar.

Los encargados de administrar justicia también aportan lo suyo para ayudar a desvirtuar el espíritu del juego. Ya es normal que los árbitros armen verdaderas conferencias durante los partidos. Mientras se equivocan feo en acciones decisivas, gesticulan, hacen chistes, abrazan y le hablan al oído a los jugadores. Nada de esto es común en el fútbol de otras latitudes pero aquí ya es cosa de todos los partidos. Otro “empujoncito” para que el fútbol pase a segundo plano y la vedette de los partidos sen las “actuaciones” de sus protagonistas.

El fútbol no se merece tanto despropósito. Quizá toda esta escenografía que rodea al deporte más popular por estos tiempos conspire también para que hayamos perdido el protagonismo que supimos tener a nivel de selecciones. Aquella potencia se fue desmoronando con el correr de los desatinos a punto tal que los entrenadores de prestigio le han dado la espalda al cargo y alguien con muy poco curriculum se haya quedado con la conducción.

Un dirigente de alto rango de un club del interior encadenado en la puerta de la AFA hace pocos días porque dice estar cansado de las injusticias, diagramas de torneos que cambian de formato todos los días y generan largos períodos sin actividad con lo que ello implica económica para cada entidad y un desfile interminable de desencuentros inexplicables sigue salpicando el día a día futbolero.

El fútbol se merece otro debate. Por ahora, este partido lo estamos perdiendo por goleada.

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