“Quien hace una poda debe conocer la especie”
Edición Impresa | 26 de Mayo de 2019 | 03:51

Por OSCAR RYBNER (*)
Cuando se va a realizar la poda de un árbol deben considerarse varios aspectos antes de efectuar cualquier tipo de corte.
Como primer punto, se debe tener presente cuál es el objetivo. Es decir, si la poda es de formación o sanitaria. Se entiende como poda de formación toda intervención que se hace sobre el ejemplar para generar una buena copa: por encima de los 2 metros, equilibrada, y que mantenga la estructura morfológica de la especie en cuestión.
En una poda sanitaria, en cambio, se eliminan todas aquellas ramas quebradas, secas, enfermas o entrecruzadas. El objetivo es tener una copa aireada, con buena luminosidad y bien distribuida. Los cortes deben ser netos, sin que se desgarre la corteza y sin dejar muñones. Es importante que la persona que realiza una poda tenga conocimiento de la especie sobre la cual trabaja: cómo crece, si hay presencia de enfermedades o plagas, qué tipo de madera tiene, y, de esa forma, sepa cómo cortar la o las ramas. Al conocer la especie, evitamos que las ramas o la planta se seque si cortamos de determinada manera. Los cortes deben realizarse al bies, evitando la acumulación de agua. Las herramientas deben estar afiladas, limpias y en buen estado. En cortes importantes es adecuado sellar las heridas con una resina.
Asimismo, al conocer la fenología del ejemplar a intervenir sabremos si es la época adecuada para realizar la poda. Hay especies que entrada la primavera pueden ser podadas. Lo ideal es hacerlo durante los meses de invierno, cuando la planta se encuentra en reposo vegetativo. En todas las especies el volumen radicular es directamente proporcional al volumen aéreo. Este concepto es importante tenerlo en cuenta, pues de ahí que se aconseja no cortar más allá del 20% del volumen aéreo; de esa forma no desequilibramos al ejemplar. Cuando dejamos un árbol sin hojas, sin ramas, sólo el fuste, le estamos haciendo un gran daño y podría secarse.
Si no se secara, probablemente las nuevas ramas que nazcan se entrecrucen, se pierde la forma natural de la especie y la planta quedaría muy estresada. Con dicho estado, la planta se vuelve muy susceptible.
(*) Técnico agrónomo y Podador
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