Quisieron asaltar a un pasajero de un micro: el chofer los encerró y los llevó a la comisaría

Fue en un interno de la 520, en 122 y 81. El colectivero condujo hasta la seccional y tocó la bocina. Los ladrones forcejearon con los policías

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La secuencia del violento episodio que sobre el epílogo de la noche del jueves terminó con dos ladrones presos, luego de trabarse en lucha con dos policías en la vereda misma de la comisaría de Villa Ponsati, se inició en el momento en que ambos sujetos intentaron robar a un pasajero cuando todos viajaban a bordo de un micro, en inmediaciones de esa seccional.

Según fuentes policiales, todo se desencadenó antenoche, alrededor de las 23.30, en un colectivo de la Línea 520 que circulaba por 122 y 80. En la unidad iban muy pocos pasajeros, uno de los cuales -de algo más de 40 años- fue sorprendido en uno de los asientos por otros dos sujetos que quisieron arrebatarle su mochila con diversas pertenencias.

La víctima se resistió a que lo despojaran del bolso forcejeando con uno de los asaltantes, tan joven como su compinche, situación que no pasó inadvertida para el chofer del micro, quien no dudó en actuar.

Ante la eventualidad de que los ladrones pudieran bajar de la unidad con la mochila del pasajero, puso en práctica dos decisiones que fueron determinantes para que la historia terminara un rato después con los agresores presos.

“Primero cerró la puerta delantera y la trasera para que no pudieran bajar del colectivo y luego condujo rápidamente hasta la comisaría Decimosexta” (estaba a dos cuadras), donde detuvo la marcha y tocó la bocina insistentemente para que interviniera el personal, cosa que finalmente sucedió, explicaron fuentes oficiales.

Uno de los acusados le pegó al jefe de turno y el otro quiso sacarle el arma a un oficial

 

En consecuencia, quedaron presos con una causa en su contra por “tentativa de robo, resistencia a la autoridad y lesiones”, con intervención de la UFI Nº 7.

tackle

Claro que los muchachos no se entregaron así nomás. Alertados por los bocinazos, los dos policías que estaban de guardia en la comisaría salieron enseguida a la calle y subieron al micro, donde luego de escucharon los dichos del chofer y el pasajero asaltado bajaron a los señalados para ingresarlos en la dependencia. Entonces empezaron los problemas. Según los mismos voceros, ya en la vereda los oficiales palparon de armas a los jóvenes, que súbita e inesperadamente “cambiaron de actitud”.

“Parecían tranquilos -contó un testigo- hasta que uno empezó a correr para escapar”.

El intento de fuga no duró más que unos pocos metros, hasta que uno de los policías lo tumbó al piso arrojándose a sus piernas como si se tratara de un tackle de rugby. Ahí, sobre la vereda, lo redujo con no poco esfuerzo, aportó la misma fuente.

El otro policía hizo lo propio con el segundo acusado, a quien también debió controlar con fuerza mientras un empleado administrativo de la dependencia pedía apoyo a los móviles del Comando de Patrullas y otras comisarías cercanas.

Esta segunda escena también fue de suma tensión, ya que el muchacho “intentó robarle la pistola reglamentaria al policía”, contaron los vecinos.

Minutos después comenzaron a llegar los patrulleros de La Plata y Berisso, lo que permitió que la situación fuera retomando la normalidad de a poco.

“Pudo haber terminado todo en una desgracia”, reflexionó un testigo, quien resaltó que en determinado momento intervino “hasta el mismo pasajero al que quisieron robarle” para controlar a los agresores, que tienen 22 y 23 años. Uno de ellos registraba un pedido de paradero por “violencia familiar”. El jefe de turno de la comisaría, Juan Claure, fue asistido en el hospital San Martín por los golpes que recibió en el operativo, se informó. El oficial, Pablo Zurita, salió ileso.

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