Sacerdotes con cascos de obra y pocos feligreses: Notre Dame volvió a celebrar una misa

La histórica catedral parisina reanudó sus oficios religiosos pero el peligro de derrumbe todavía sigue latente

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La catedral parisina de Notre Dame celebró ayer su primera misa a dos meses del incendio que destruyó gran parte de la histórica construcción, ante unas 30 personas que debieron asistir con cascos de obra a causa de que todavía hay riesgos de derrumbe.

Sin fieles ni coro, con apenas una treintena de sacerdotes y algunos pocos voluntarios alumbrados por faroles móviles, se hizo la misa que fue transmitida en vivo por la cadena católica KTOTV. Como una muestra del estado en que quedó la Catedral, el arzobispo de París, Michel Aupetit, ofició la misa con un casco blanco.

“La catedral sigue viva, porque celebramos la eucaristía”, dijo Aupetit, al comienzo de la ceremonia en que la que se recuerda la fiesta de la Dedicatoria, una de las más importantes para Notre Dame ya que se festeja su inauguración religiosa.

Según el rector del templo, Patrick Chauvet, se trata un oficio simbólico para demostrar que Notre Dame “sigue viva”.

“Notre Dame de París está aún en situación frágil, especialmente en la bóveda que aún no se ha asegurado, y puede derrumbarse”, aseguró el ministro de Cultura, Franck Riester, y precisó que sólo se han recibido el 9% de las donaciones prometidas, es decir 80 millones de euros de los 850 millones comprometidos.

Riester fue uno de los pocos invitados a esta primera misa que se realizó en una pequeña capilla ubicada detrás del coro, uno de los pocos lugares seguros de la Catedral y que solía guardar uno de los mayores tesoros de Notre Dame: la corona de espinas.

Decenas de fieles se acercaron a la Catedral para seguir desde afuera la primera misa. Muchos siguieron con sus celulares la transmisión de KTOTV, que mostró imágenes de Notre Dame en las que se veía la nave cubierta por redes para evitar la caída de material, una estatua de la virgen María rodeada de andamios y los plásticos que cubren los agujeros del techo quemado por el incendio.

En declaraciones a la prensa, Stanislas de Laboulaye, encargado de la reconstrucción, aseguró que todavía queda limpiar la catedral “contaminada por el plomo” que recubría la cubierta y la aguja de Viollet-le-Duc y que se fundió por las llamas que llegaron a alcanzar los 800 grados de temperatura.

Como se recordara, el incendio se produjo el 15 de abril en la parte superior de la Catedral, ubicada a orillas del río Sena, y todavía no están claras la causas del fuego que devoró la mítica aguja y gran parte del techo aunque todas las personas que estaban allí lograron ser evacuadas a tiempo y no hubo víctimas. Entre 60 y 150 obreros trabajan cada día para la reconstrucción de Notre Dame que, según admitió el propio presidente francés Emmanuel Macron, podría tardar unos cinco años.

 

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