Es como si al panadero le regalaran la harina

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Por ESTEBAN MAGNANI (*)

Para entender el negocio de Facebook podemos usar una analogía. De la misma manera que se necesita harina para hacer pan, uno necesita contenidos para producir atención. Esa atención, procesada por la plataforma, con algoritmos que saben cómo interesarnos de la mejor forma, es la que luego se vende a los avisadores para que puedan ubicar sus publicidades y ofrecerle sus productos a quienes miraban esos contenidos. Pero lo revolucionario de Facebook es que los contenidos se lo damos nosotros gratis. Así generamos atención en nuestros amigos, conocidos y otra gente. Es como si al panadero le regalaran la harina.

Ahora la creación de Libra, la criptomoneda anunciada por Facebook junto con 28 organizaciones internacionales, marca un avance de la red social sobre el sector financiero y muestra que la empresa empieza a comerse otros nichos.

En el camino en que la red social se convirtió de una herramienta de publicación online a una plataforma de múltiples servicios con incidencia global, Facebook fue “comiéndose” nichos, algunos muy grandes como el de la publicidad, donde se convirtió junto con Google en un actor dominante.

De forma vinculada, contribuyó a generar una crisis profunda en la economía de los medios de comunicación que, mientras se vieron obligados a usar la red social para mejorar la distribución de sus contenidos, a la vez fueron desplazados como destinatarios predilectos de los anuncios publicitarios al no poder competir con la eficacia de las plataformas online.

Este proceso devaluó el precio de la atención, y hoy a muchos medios tradicionales les cuesta tanto financiar la producción de atención con una publicidad devaluada, mientras el negocio de Facebook sigue siendo el de la venta de publicidad basado en la administración de la atención.

 

(*) Docente especializado en Medios Audiovisuales

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