Una ayuda especial para un comedor que busca resistir ante la crisis

Una pareja de Tolosa impulsa la ayuda para el espacio “Gauchito Gil”, de 179 y 38, al que asisten 40 nenes y mujeres embarazadas

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Rosita y Hugo se definen como “chicos especiales” y colaboran con el comedor “Gauchito Gil”, de 179 y 38, el lugar que asiste a unos 40 nenes y algunas embarazadas, pero que en los últimos días no pudo abrir por falta de alimentos. “Nosotros les servimos la leche y queremos organizarles una merienda especial para el Día del Niño, nos da mucha lástima que pasen necesidades y no poder ayudarlos”, cuenta Rosita - 52 -, mientras exhibe una carpeta con un listado de la gente que asiste a ese lugar.

Hugo -62- asegura que la colaboración con esa entidad es para ellos un compromiso de honor porque Romina y Carlos, los responsables del comedor, son quienes les salieron de garante para que pudieran alquilar el departamento en el que viven.

“Casados en secreto”

Es que estos dos solidarios son protagonistas de una historia que se remonta a varias décadas cuando se conocieron como alumnos de la Escuela 517; luego, en 1987, se reencontraron en un taller protegido donde les enseñaron trabajos como el armado de bolsas de residuos, pero se vieron con otros ojos.

“Ella me fichó”, afirma Hugo con sonrisa pícara y Rosita recuerda que en ese momento su madre no quería que ella se pusiera de novia y le aconsejaba que, por ser una chica “especial”, solo tuviera amigos y compañeros.

“Mi papá me defendió, le dijo qué especial, ni especial, dejala que haga su vida”, cuenta Rosita.

Tiempo después, por distintas cuestiones, ella terminó viviendo en un hogar, pero Hugo le aseguró que la sacaría de ahí y le propuso matrimonio.

Con una coronita de cotillón que lleva puesta al revés, Rosita recuerda cómo su pareja la rescató de ese lugar. Y él dice con tono bajo, “va a hacer dos años que nos casamos en secreto en el Registro Civil de Los Hornos porque si no teníamos que pedirle permiso al juez y como somos diferentes no nos iba a dejar”.

La pareja afirma que se hizo los análisis prenupciales, buscó testigos y se presentó sin hablar mucho en el Registro Civil.

“Nosotros decimos que somos chicos diferentes, pero si fuéramos tan diferentes no estaríamos viviendo solos y con ganas de ayudar al comedor, de conseguir trabajo y de salir adelante”, resume Hugo.

A la pareja no le faltan proyectos: Rosita lleva en su mochila papeles en los que se ofrece para cuidar niños o hacer tareas de limpieza, dos horas de su trabajo las cotiza en 300 pesos. También muestra varias pulseras que hizo con Hugo y que vende a 50 pesos, “para comprar comida para los chicos del comedor”, dice.

Para ellos en el comedor “Gauchito Gil” hay dos amigos que quieren ayudar porque les dieron una mano que les permitió alquilar la casa de Tolosa en la que viven , pero fundamentalmente, están esos chicos atravesados por las necesidades y el hambre.

“Nosotros vamos lunes, miércoles y viernes y lo que queremos es juntar mercadería para cocinarles, hay algunas iglesias que nos ayudan con alimentos, pero ahora no nos están dando mucho”, asegura Rosita.

Con el propósito de que todos los chicos del comedor de 179 y 38 puedan recibir su plato de comida, abrigos y algún juguete para el Día del Niño, la pareja anticipa que no dejará de golpear puertas y pedir ayuda.

“Nosotros no nos podemos quejar, pero nos gustaría conseguir cosas para ellos, nos duele cuando nos piden algo para comer y no tenemos”, aclara Rosita.

 

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