Pedro Aznar: “antes me veían como una especie de científico loco”

Parte grande de la historia del rock nacional, el inquieto multiinstrumentista, que lanzó un disco este año y ya prepara el próximo, vendrá al Coliseo mañana para repasar sus 60 años con la música

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Pedro Garay

pgaray@eldia.com

Tras comenzar el año en el Colón, y siempre de gira y creando, Pedro Aznar llega hoy a la Ciudad, para presentarse en el Coliseo Podestá y “tocar de todo”, promete.

“Clásicos (en algunos casos, con arreglos nuevos), canciones que no visito hace tiempo, algunos temas del proyecto ‘Abrazo de hermanos’ que lanzamos hace unos meses con Manuel García, y adelantos de temas nuevos de mi próximo disco. También va a haber un par de regalitos especiales…”, avisa Aznar, en diálogo con EL DIA, y en un momento de su carrera de balances: acaba de cumplir 60 años (el 23 de julio, y lo celebró a lo grande, con una fiesta de disfraces donde estuvieron Hilda Lizarazu, Lito Vitale, Sandra Mihanovich, Teresa Parodi y Víctor Heredia, y donde, sorpresa, se reunieron Charly García y Piñón FIjo) y hace dos, en ocasión de su aniversario número 35 con la música, editó “Resonancia”, una gira hacia su pasado y una caja donde reeditó sus 18 trabajos como solista “y donde se incluye un libro que repasa todos esos años a modo de diario personal”.

¿Nostalgia? No demasiada: estos balances, dice, “fueron una mirada exhaustiva a lo hecho hasta ahora, y eso me permite ver con más claridad qué quiero alcanzar de aquí en más”. Aznar siempre mira hacia delante. Pero, ¿qué ve cuando mira hacia atrás y ve a ese Aznar del pasado?

- No le envidio nada, ¡porque le robé todos los secretos! (risas). Lo que le faltaba, al principio, era camino recorrido, experiencia, madurez, y eso sólo te lo da el tiempo. Lo que sigue inalterable es el respeto por el que escucha y el compromiso con el arte como camino de vida.

- Ese Pedro Aznar del pasado fue bastante aventurero, no tuvo problemas en irse del rock nacional a buscar su destino, hacer música afuera, hacer música de películas, cambiar. ¿Sentís que es algo que has tenido siempre, una falta de miedo para explorar?

- Sí, ese espíritu de búsqueda constante me define. Y lo que siento que logré, en todos estos años, es sintetizar toda esa experiencia por distintos estilos y campos de la creatividad en un lenguaje unificador.

- ¿Cómo recordás aquellos años? Siempre fuiste respetado pero había cierta resistencia hacia tu figura, te trataban de intelectual de la música.

- Había muchísimos prejuicios, en aquellos días. Yo era visto como una especie de científico loco porque hablaba de compases, tresillos, novenas aumentadas, crescendos y cambios de métrica. Hoy la mayoría de los chicos estudia su instrumento, sabe leer y escribir música, ve tutoriales en youtube de sus artistas favoritos y va a seminarios y talleres. Cuarenta años atrás, en el mundo del rock, irse a estudiar música a otro país era considerado tan necesario como viajar a Marte para regar las plantas.

OTRA ESCENA

Los días en que Aznar era considerado un “raro”, en la escena del rock nacional, ya están en el pasado. Hoy, quien tocó con Pat Metheny y fue parte fundamental de esos arquitectos del sonido que fueron los Serú Girán, es uno de los músicos más respetados de la escena.

-Si, hoy, mi público se reiría de esos prejuicios. La gente sale de mis conciertos (y esto es algo que me dicen ellos) inspirada, agradecida, motivada y feliz.

- Pero el término “intelectual” pesó durante años sobre su cabeza y tu trayectoria. Así te han considerado por ser meticuloso, perfeccionista, por buscar perfección en lo que hacés. ¿Te parece que es algo que falta en la sociedad, esa dedicación, que hoy estamos todos muy dispersos?

- Yo creo que para lograr determinadas cosas hay que ser riguroso, dedicado y cuidar cada detalle. Conocer tu profesión en profundidad no está reñido con ser intuitivo. Por otra parte, “intelectual” debería ser un halago, y no un insulto. Vivimos tiempos de mucha distracción, es verdad. Queremos gratificación inmediata, pero hay cosas que siguen llevando el mismo tiempo que en el siglo diecinueve: estudiar arpegios y hacerlos sonar bien requiere sentarse todas las tardes a practicar, y no hay otra forma.

Eso hizo, justamente, toda su vida Aznar: y a su obsesión por el sonido sumó además un afán de búsqueda, de experimentar siempre, grabar, hacer música. Incansable, lanzó un disco a dúo con Manuel García y ya prepara su próximo disco solista.

- ¿Por qué? ¿Qué es la música para Pedro Aznar que parece tan necesaria en tu vida?

- Un modo de entender la existencia. Un modo de comunicar lo que siento. Un bálsamo que calma el dolor, la incertidumbre, la aspereza de vivir. El único licor que embriaga y no deja resaca.

“No le envidio nada al Pedro Aznar del pasado ¡porque le robé todos los secretos! Lo que le faltaba, al principio, era madurez”

“Conocer tu profesión en profundidad no está reñido con ser intuitivo. ‘Intelectual’ debería ser un halago, y no un insulto”

 

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