El camarista y el supuesto “patrón de conducta delictiva” que duró 4 años

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Las imputaciones contra Martín Ordoqui se sostienen, sobre todo, en escuchas, peritajes informáticos y testimonios. En las transcripciones del teléfono que se secuestró en la casa de Javier Ronco había una conversación entre Petrullo y Ordoqui, “en la que el primero le mandó una foto de una pierna con tobillera”, interpretando que era la de Ronco. “Ordoqui le preguntó ‘Rolex?’, a lo que Petrullo le contestó ‘en realidad por lo que costó, pareciera’”. Estos intercambios prueban, a criterio de la Procuración, “la entrega de dinero” para que el camarista “hiciera valer sus influencias sobre sus coelgas de Casación, independientemente del resultado”.

También aluden a una captura de pantalla que muestra una conversación en la que Petrullo habría requirido la influencia de Ordoqui sobre una causa que involucraba al ex gobernador Daniel Scioli, “en la que el magistrado daba cuenta de la obtencion del fin propuesto con la frase ‘la tengo cerrada’”.

Al camarista lo acusan, además, de suministrar “información sobre el derrotero procesal de las causas y circunstancias internas a una persona ajena a ese órgano, como Lidia Perna, quien actuaba para mejorar la situación de Ariel Heine”, un convicto que resultó beneficiado con una prisión domiciliaria con tobillera el 1 de marzo de 2018.

Sostuvieron en la acusación que “el accionar ilícito de Ordoqui se reiteró una y otra vez, evidenciando un patrón de conducta delictiva”, desde “junio de 2014 hasta ahora”. Presumen que el camarista, su secretaria Eugenia Mercado (que está detenida) y “un número aún no determinado de personas, entre ellas abogados de la matrícula, tomaron parte de modo permanente y con voluntad de integrarla de una asociación cuyo fin era cometer ilícitos de distinta naturaleza haciendo valer sus influencias por el rol que cada uno ocupaba dentro de su ámbito laboral y social con el fin de obtener beneficios a favor de terceras personas sometidas a procesos penales”, a cambio de dinero. Para eso, agregaron, “intercambiaban información, corregían y supervisaban escritos y brindaban asesoramientos en las causas”.

A Ordoqui le imputan haber alterado el orden de las votaciones de los fallos y resolverlos con “sospechosa e inusitada celeridad”.

Para los acusadores, no sólo habría recibido dinero en efectivo, sino también viajes y hasta un sillón. La investigación por los beneficios a Heine se inició con la remisión de una causa que hizo el juzagado de Garantías 8 de Cañuelas, a raíz de escuchas telefónicas en las que se mencionaba a Ordoqui y a su secretaria. “Mercado es Ordoqui” dijeron los empleados.

En su defensa, Ordoqui argumentó que las acusaciones “carecen de cualquier elemento probatorio”, ya que “en ninguno de los casos se explica cuál fue el monto de dinero que recibo, quien lo entregó ni en que circunstancias de modo, tiempo y lugar”. Aclaró que el viaje y el sillón los pagó en cuotas.

 

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