River jugó pensando en otra cosa y lo pagó con una derrota frente a Talleres

Gallardo cuidó a la base del equipo titular para la revancha con Cerro Porteño y su equipo lejos estuvo de mostrar la mejor imagen

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River, que exhibió una formación principalmente alternativa, no pudo con Talleres de Córdoba, que completó una digna labor en el estadio Monumental y lo derrotó por 1-0, en partido correspondiente a la cuarta fecha de la Superliga.

El único tanto de la jornada fue obra del atacante Nahuel Bustos, a los 17 minutos de la segunda parte, y con este resultado, el equipo conducido por Marcelo Gallardo, que reservó a su equipo base para la revancha con Cerro Porteño de Paraguay, por la Copa Libertadores, perdió la condición de invicto.

El conjunto cordobés, por su lado, también acumula la misma cantidad de puntos, producto de dos victorias, una igualdad y una derrota, pero esta victoria quedará en la historia, pues fue la tercera como visitante de River, que no sufría un resultado de estas características frente a la “T” desde 1990.

Ni bien la pelota comenzó a rodar, el conjunto visitante decidió salir a pelearle arriba a esta suerte de combinado “mixto” que presentó Gallardo.

Con el “doble cinco” jugando adelante de la zona central, Talleres empezó a inquietar temprano, porque en la primera llegada seria, un tiro de Enzo Díaz exigió a Armani, quien después salvó ante Bustos.

River, que mostró el debut del zaguero Paulo Díaz en tándem con el recuperado Javier Pinola, quien resultó expulsado, sintió la falta de un creador (Ignacio Fernández) y recién pudo ocasionar real peligro con una “palomita” del chileno, que el arquero Guido Herrera mandó al córner.

El conjunto albiazul continuó manejando mejor el balón en la zona central, pero ese envión se diluía al llegar al área adversaria.

Todo lo que insinuaba el elenco del DT uruguayo Alexander Medina en esos 45 minutos iniciales terminó de corroborarse en el segundo período, una vez que Menéndez y Bustos se erigían en serias amenazas para Armani.

Pasado el primer cuarto de hora, el juvenil Bustos, cuyo pase pertenece al Pachuca de México, elaboró una linda maniobra individual, le tiró un sombrero a Pinola y quedó mano a mano con el arquero.

El atacante supo abrirse hacia un costado, aprovechó el choque entre compañeros de Armani-Paulo Díaz y metió el gol de la apertura, con un toque sobre la misma raya del arco frente al cierre desesperado de Enzo Pérez.

River continuó sintiendo la falta de frescura en la creación, la enorme distancia que existió para abastecer a sus delanteros y -además- se expuso cada vez más a las réplicas de la “T”, que siguió manejándose con inteligencia.

Con puntos altos en todas sus líneas, el equipo cordobés se anotó un triunfo bárbaro, que cortó una racha de 29 años sin éxitos en el estadio Monumental. La anterior victoria del equipo de Barrio Jardín se dio en la temporada 1989-1990, por 2-1, con dos anotaciones de Mario Bevilacqua.

Lejos estuvo de ser el partido que esperaba River a todo nivel, porque de haber ganado saltaba a la punta de la tabla y hubiera llegado en ganador al esperado cruce del domingo que viene a las 17 contra Boca, en el Monumental.

 

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