¡Desde Olmos salió el nuevo campeón!
Edición Impresa | 4 de Agosto de 2019 | 04:49

Por LEANDRO DUBA
Unidos de Olmos saborea las mieles del éxito y derrocha felicidad y entusiasmo por la flamante coronación. Todo un barrio se abraza al festejo loco y prolongado y se conmueve con el equipo del Chino Goñiz, que tuvo que esperar 26 años para volver a escribir su nombre en la historia de los campeones de la Liga Amateur Platense.
Sí, el “azulgrana” del Oeste Platense tiene grandes motivos para tirar manteca al techo y seguir aferrado a un sueño del que jamás quisiera despertar.
Olmos es el nuevo campeón del Apertura 2019 de la Liga Amateur, después de superar en una dramática definición por penales (4-2) a Estrella, de Berisso, luego de haber igualado sin goles en los ´90.
El estadio Ciudad de La Plata fue testigo de una coronación que ya pasó a formar parte de la historia.
La Cebra, el equipo más ganador de la Liga (21 títulos) y Unidos de Olmos, ganador de su cuarta corona, ofrecieron un partido de tono discreto. Ambos jugaron más con el corazón y la entrega que con la cabeza. Por eso, se hizo un partido impreciso, y con muy pocas chances de peligro sobre los arcos, sobre todo en el primer tiempo.
Estrella se basó en el trabajo de Enzo Oviedo, el jugador más valioso de su equipo. También en el sacrificio de Joaquín Galeano y Juan Olivera, en el medio, y en la peligrosidad permanente de Matías Samaniego.
Olmos, por su parte, se mostró con mayor dinámica en el traslado, aunque tuvo algunas complicaciones en las entregas. Hubo un enorme trabajo de Santiago Sommariva en el medio. De Nicolás Toscani para defender y pasar al ataque permanentemente, y de los puntas Federico Benítez y Yonatan Gayoso, que cuando encontraban espacios, le generaban un dolor de cabeza a los defensores de la Cebra.
La jugada más peligrosa, sin dudas, fue después de una excelente triangulación entre Toscani, Benítez y el Colo Pérez, que sirvió la pelota para la entrada de Ezequiel Quiroz, pero Alan Riel se jugó la vida yéndose a los pies para evitar lo que pudo haber sido el primer gol de la tarde.
La Cebra intentó responder, aunque siempre encontró dificultades para hilvanar jugadas de tres cuartos de cancha hacia adelante.
Quizás el cabezazo de Bruno Vega, a la salida de un córner, y un disparo casi desde el piso de Pallanza, fueron las dos jugadas que pudieron comprometer el arco visitante.
MEJOR PARADO
Los dos equipos salieron a jugar la segunda mitad con el mismo libreto. No hubo demasiadas variantes en el juego, por eso, el partido siguió siendo de tono discreto.
Pero dentro de ese contexto, Unidos de Olmos fue el que se mostró mejor parado y ordenado. Aunque Estrella, con el ingreso de Santiago Benítez, trató de darle mayor frescura al ataque.
Olmos, seguía proponiendo su juego en base a la recuperación de la pelota en el medio por parte de Sommariva, y el pelotazo largo para las corridas de Federico Benítez por derecha y de Gayoso por izquierda; mientras que la Cebra se dio cuenta que de contragolpe lo podía lastimar. Recién sobre el final, el elenco de Berisso estuvo muy cerca de quedarse con la victoria, después de que Enzo Oviedo rematara por encima del travesaño, tras recoger un rebote dentro del área.
El pitazo final del árbitro Diego Gil decretó el empate sin goles, aunque el dramatismo por saber el nombre del nuevo campeón se trasladó a los penales.
En ese sentido, Unidos de Olmos, que no festejaba un título de liga desde el 12 de febrero de 1993 (de la mano de Jorge Sañisky como entrenador), fue más efectivo que Estrella, y de esta forma, se quedó con el premio mayor. El que buscó todo el año y el que le permitió cerrar el primer semestre de la temporada con bombos y platillos. Todo un barrio está feliz. El festejo se prolongará seguramente por varios días. En el Oeste platense nadie quiere despertar del sueño, que finalmente se hizo realidad.
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