Preservar y multiplicar las reservas naturales de la Provincia

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El informe oficial revelador de que en las pasadas vacaciones de invierno fue numerosa la concurrencia de visitantes a las veintisiete reservas naturales de la provincia de Buenos Aires -entre ellas la Selva Marginal de Punta Lara y el parque Pereyra Iraola- que realizaron recorridos educativos en donde se los informó sobre las distintas características de cada predio, constituye un dato alentador en la medida en que así pueden difundirse principios que hacen a la mejor preservación de los recursos naturales.

El trabajo realizado por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) dejó establecido que fueron miles las personas que pudieron conocer, por ejemplo, en la Selva Marginal de Punta Lara, el ambiente de la selva más tropical del mundo, así como el pastizal pampeano.

Otras opciones fueron la reserva natural de Mar Chiquita, el parque provincial Ernesto Tornquist y la reserva natural Sierras Grandes, ubicadas en la localidad de Sierra de la Ventana, donde están las picos más altos de la Provincia. Entre otros predios que recibieron a centenares de turistas figuró la isla Martín García, con contingentes que provinieron del puerto de Tigre.

De sobra se conoce la suma de factores negativos para el medio natural -tales como el aumento poblacional y la serie de actividades que afectan, directa o indirectamente, a la naturaleza- que explican que muchas especies animales y vegetales se encuentren en nuestro país en peligro de extinción, en un riesgo que también se presenta para los valiosos humedales existentes en el territorio bonaerense.

Se está, sin dudas, frente a procesos negativos que es preciso detener. En el caso de la fauna cobran vital importancia las acciones de rescate de ciertas especies animales, como la del ciervo de los pantanos. Se trata de un mamífero nativo de nuestro país y del ciervo más grande de Sudamérica, que vive en lagunas, esteros, orillas de arroyos y de ríos, o en lagunas del interior de islas y que, en nuestro país, habitaba la zona comprendida desde el sur de Misiones, Corrientes, este de Formosa y de Chaco, Santa Fe, oeste y sur de Entre Ríos y noreste de Buenos Aires, siguiendo la cuenca de los ríos Paraguay y Paraná, del bajo Uruguay y en los esteros del Iberá. Como causas de la disminución, se mencionó que es cazado por la carne y la piel, aunque también lo matan los cazadores deportivos, como trofeos.

Sobran ejemplos demostrativos del enorme riesgo que enfrentan hoy los recursos naturales. De allí la importancia esencial que tienen las áreas protegidas que, pese al valioso servicio que prestan, son muy escasas y representan sólo algo más del 2 por ciento del territorio de nuestro país. Es preciso que tanto las reservas provinciales como los parques nacionales y otras áreas se multipliquen y puedan concentrar la mayor biodiversidad.

Se conoce que existen grandes extensiones del territorio sometidas a las demandas de poblaciones cada vez más pobres, con gravísimos problemas socio-económicos que, como es natural imaginarlo, ejercen una creciente presión sobre el medio.

Pero además de ello, deben computarse los problemas que se derivan de los cambios climáticos, que originan modificaciones en el ambiente. Esto viene causando trastornos en el reino vegetal -sometido, asimismo, a destructivos programas de desforestación- y en el reino animal, muchos de sus ejemplares se ven obligados a migrar, ya que su sobrevida se encuentra hoy cada vez más complicada y puesta en riesgo por las modificaciones de los entornos naturales.

 

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