Preocupación mundial y cruces entre EE.UU e Irán tras el ataque a la mayor petrolera saudita

Yemen acusó hoy a Irán de estar detrás del ataque a dos refinerías de la mayor petrolera saudita, por el que la ONU y la Unión Europea (UE) expresaron su preocupación, pese que Teherán desmintió cualquier responsabilidad y los hutíes yemeníes se lo atribuyeron.

Paralelamente, Irán advirtió que las bases y los buques de Estados Unidos en la región están al alcance de sus misiles, y Washington, que también acusó a Teherán por el atentado, ofreció sus reservas de petróleo para garantizar el suministro mundial.

“Los hutíes reivindicaron la responsabilidad para desviar las miradas lejos del régimen de Teherán” pues el ataque representa una "escalada" de las anteriores acciones de Teherán contra buques petroleros y comerciales, afirmó el ministro de Información de Yemen, Muamar al Eryani, en Twitter.

“Los datos políticos y militares, y la información preliminar sobre el acto terrorista cobarde que tuvo como objetivo instalaciones de la empresa Aramco con drones de fabricación iraní coinciden en que es imposible que el ataque se realizara desde zonas controladas por la milicia hutí”, remarcó Eryani.

El vocero de la cancillería de Irán, Abas Musaví, afirmó que la versión de Estados Unidos que vinculó a Teherán con el ataque “no tiene sentido” y subrayó que se trata de “acusaciones ciegas” que no tienen “un mínimo de credibilidad”.

“Este tipo de medidas se parece más a los planes de las agencias de inteligencia para destruir la imagen de un país con el objetivo de allanar el camino para llevar a cabo algunas acciones en el futuro”, advirtió el vocero iraní, citado por la agencia de noticias EFE.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, responsabilizó a Irán de haber lanzado “un ataque sin precedentes contra el suministro de energía del mundo” y sostuvo que “no hay evidencias” de que esa ofensiva se haya originado en Yemen.

También tomó distancia del ataque el gobierno de Irak, único en la región que es al mismo tiempo aliado de Estados Unidos e Irán.

En un comunicado de la oficina del primer ministro, Bagdad negó “lo que ha circulado por algunos medios y redes sociales sobre el uso de su territorio para atacar instalaciones petroleras sauditas con drones”.

Además, ratificó “su compromiso constitucional de prohibir el uso de su territorio para la agresión contra sus vecinos, hermanos y amigos”, y subrayó que “actuará firmemente contra cualquiera que intente violar la Constitución”.

El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el ataque en un comunicado en el que pidió a “todas las partes” la “máxima contención” para evitar una “escalada” violenta en la región, informó la agencia Europa Press.

En tanto, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, advirtió a través de una vocera que el incidente “representa una amenaza real a la seguridad regional” y “perjudica los trabajos en aras del diálogo”, según ANSA.

En ese contexto, el comandante de la División Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución (ejército) de Irán, Amir Ali Hayizadeh, advirtió que todas las bases militares y las embarcaciones de Estados Unidos en el golfo Pérsico, en un radio de hasta 2.000 kilómetros, están al “alcance del fuego” de sus misiles.

“En cualquier punto en el que estén, es suficiente que se prenda la chispa de la guerra para que ataquemos sus naves”, dijo el militar.

Mientras tanto, la vocera del Departamento de Energía de Estados Unidos, Shaylyn Hynes, aseguró que su país “está preparado para utilizar sus reservas estratégicas de petróleo si resulta necesario con el fin de compensar cualquier interrupción en los mercados petroleros como resultado del acto de agresión” a la petrolera saudita.

Ayer unos 10 drones bombardearon dos refinerías de la petrolera estatal saudita Aramco y provocaron incendios que, pese a haber sido controlados, forzaron a la empresa a reducir a la mitad su producción.

Operadores y analistas citados por ANSA advirtieron que el precio del barril de petróleo, actualmente de entre 55 y 60 dólares, podría aumentar a alrededor de 100 dólares si Arabia Saudita -responsable de 10% del suministro mundial de crudo- no restaura rápidamente su provisión.

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