Sospechan que “la banda del drone” actuaba con protección de policías

La Justicia investiga vínculos de uniformados con sospechosos de una veintena de atracos en casas y campos de las zonas Norte y Oeste. La lupa en allanamientos fallidos, con camas calientes y televisores prendidos

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“Es imposible que una banda así opere sin una pata policial”. Sin vueltas, desde Tribunales, avisaron que la investigación de las actividades de “la banda del drone” no se terminarán con el esclarecimiento de una larga lista de atracos en viviendas situadas en localidades y campos de los extremos Norte y Oeste de La Plata.

O dicho de otro modo, la investigación se completará con la búsqueda de una trama de contactos entre ladrones y efectivos con conocimiento de la zona para facilitar los asaltos. Eso, a través de la creación de zonas liberadas del patrullaje preventivo o de la facilitación de información sobre las víctimas.

Una vez más, la sospecha transforma a policías en lobos cuidando a ovejas.

No solo eso. Hubo al menos dos episodios en la investigación a cargo de la fiscal penal platense Cecilia Corfield (UFI Nº 15) que terminaron por confirmar la línea que ahora se seguirá en su equipo.

“En dos de los allanamientos que se pidieron sobre viviendas de la localidad de El Pato (Berazategui), se produjeron situaciones muy llamativas. Cuando llegó la Policía, las personas de la casa en cuestión ya se habían ido. No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que alguien les avisó”, le contó a este diario una fuente judicial vinculado con el expediente.

La cercanía entre los procedimientos ordenados por la Justicia y los presuntos ladrones fue de tal magnitud que se notaba en la cama. “Las sábanas todavía estaban calientes y el equipo de aire acondicionado y la televisión, prendidos”, graficó la fuente.

La Justicia tiene bajo la lupa una veintena de asaltos ocurridos entre fines de 2018 y la primera mitad del año. La zona crítica era la periferia de Abasto y un corredor entre las rutas 2 y 36, que se extendía hacia Melchor Romero y Villa Elisa.

Según las víctimas, los ladrones los espiaban con un drone antes de dar el golpe. Para la fiscalía eso todavía no está probado, pero tiene secuestrado un drone hallado en la casa de dos arrestados.

Tras las denuncias y el estado de conmoción en la zona, la investigación judicial dio lugar a los primeros allanamientos el 30 de abril, donde fueron arrestados la ex policía de 26 años Johana Gauján; Facundo Luccano (19) y José Luis Gianfelice (56). Todos se fueron en pocas horas porque más allá de la incautación de joyas, dinero y artículos costosos de electrónica y bicicletas de alta gama, no había pruebas en su contra.

Sin embargo, la investigación siguió y Gauján fue detenida nuevamente a mediados de agosto, tras una medida judicial que convalidó el pedido de la fiscal. La mujer, de alta exposición en redes sociales, con un estilo de vida lujosa, es la novia de Emiliano Caamaño (22), otro de los apuntados por Corfield que cayó la semana pasada, en un operativo en Avellaneda sin relación con esta causa.

Lucano (19), que es primo de Caamaño, se fue rápido a su casa aquel 30 de abril, pero la pesquisa lo complicó y Corfield solicitó la detención. A diferencia de la novia de su primo, no está tras las rejas porque huyó.

Junto con Gauján se entregó su suegro, Alberto “Pata” Caamaño (57). El padre de Emiliano tiene antecedentes penales como integrante de otra asociación ilícita, en el Conurbano (es oriundo de Avellaneda).

Los investigadores judiciales esperan que los policías le pongan las esposas a Lucano. “Hasta ahora, dos se entregaron y el otro cayó en Quilmes”, repasó la fuente judicial en tono severo con respecto a la tarea policial en la causa.

CAMBIOS DE POLICÍAS

Tras una primera etapa de allanamientos, cuando se manejó con la Dirección de Investigaciones de La Plata (DDI), la UFI Nº 15 sumó al área de Seguridad, que involucra entre otras reparticiones a la comisaría de Abasto. Esa seccional quedó en el ojo de la tormenta por la sucesión de asaltos, en casos con violencia, contra familias que perdieron ahorros y elementos costosos. La sangría se sostenía aún cuando Corfield avanzaba con la investigación y los allanamientos.

Así, en medio de la crisis con epicentro en Abasto se produjo un cambio de comisario. A fines de mayo fue apartado Rubén Viso y quedó a cargo el subcomisario Carlos Costilla.

 

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