Ariel Staltari: “Fui víctima de violencia de género al revés”

El actor que interpretó a “Loquillo” en “Un gallo para Esculapio” habló de algunas relaciones amorosas tóxicas que tuvo en el pasado

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El actor Ariel Staltari sorprendió en un ciclo radial al confesar que fue víctima de violencia de género “al revés”.

En el marco de una charla en “El Show del Espectáculo”, el ciclo radial que conducen Ulises Jaitt y Gastón Samá por Radio La Salada (AM 1300), el también guionista rememoró algunos vínculos tóxicos que tuvo en el pasado.

“Hubo un par de relaciones que me marcaron en el sentido que me han herido, pero eso me hizo crecer. Una puntual fue algo bastante tortuoso porque a veces la violencia de género es al revés y fui víctima. Me agredía psicológica y físicamente: desde insultos y amenazas a todo lo que quieras encontrar. Siempre traté de comportarme con los principios y valores que la vida me enseñó”, reconoció Staltari, cuyo último papel en ficción fue el de “Loquillo”, el hijo de Chelo (Luis Brandoni) en “Un gallo para Esculapio”.

Ante la consulta sobre el tipo de agresiones que recibía, el artista de 45 años quiso resguardar un poco su privacidad y se limitó a contestar: “Son cosas de la intimidad. Por ahí te revolean algo o te agarran descuidado y pasa algo… Después gracias a Dios no la vi y quedó como un proceso de angustia del pasado. Por eso entiendo a todas las personas, no solamente mujeres, que son víctimas de una pareja violenta, porque me pasó”.

Además, el actor, que también es reconocido por su historia de vida tras haber batallado contra la leucemia, reconoció que en una ocasión trató de defender a una mujer que estaba siendo agredida y casi le disparan: “Una vez salté por una chica y el tipo estaba armado, la estaba maltratando y casi me como un tiro. Me dijo ‘si querés para vos también hay’ y me mostró el fierro”.

Nacido en El Palomar, el artista también es recordado por dos papeles en dos unitarios exitosos de la televisión: fue Walter, un rolinga paseador de perros en “Okupas” y también se puso en la piel de Luis Calda, el amigo de un barrabrava y dealer de un barrio humilde en “El Puntero”.

 

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