Desencuentros: cómo decir que no al sexo con la pareja sin complicar la relación
Edición Impresa | 28 de Septiembre de 2019 | 03:07

La convivencia, el cansancio, el estrés, las preocupaciones familiares o laborales conllevan problemas que afectan a todos los aspectos de la relación, sobre todo, la vida sexual. Estas y otras circunstancias modifican los hábitos sexuales de las personas, haciendo que en muchas ocasiones digamos que no al sexo.
La situación empeora cuando la pareja a la que le has dicho que no es sigue insistiendo, lo que a menudo genera discusiones o malos entendidos como: “es que ya no te gusto”, “tienes un amante”, “por qué has cambiado tanto”, etcétera.
Rechazar como ser rechazado es doloroso y frustrante para todos, en casi todos los órdenes de la vida, y en el sexo, más aún. Cuando uno de los integrantes de la pareja no quiere tener encuentros sexuales con mucha frecuencia y el otro con poca hablamos de algo que se llama: disritmia sexual o dicronaxia sexual.
El que quiere sexo siempre tiende a frustrarse ya que se siente rechazado, y se le pasa por la cabeza ideas como que igual ya no es atractivo y su autoestima decae. Por el otro lado, quien no tiene ganas se siente incomprendido y duda de si es normal lo que le ocurre. También ocurre que se ve ante la obligación de tener que “cumplir” para evitar problemas en la relación.
Si lo que se quiere es superar el momento se pueden seguir algunos de estos consejos:
Aprende a dar las explicaciones oportunas esto contribuirá a que el otro conozca tus sentimientos y pensamientos.
Es importante que la comunicación sea fluida porque estamos cansados, porque no es el momento, porque no nos ha gustado cómo ha empezado, etcétera. Así evitaremos caer en el mismo error la próxima vez.
Muchas veces el problema es que nos aburre hacer siempre lo mismo. En este caso tenemos que poner en práctica nuevas alternativas sexuales, pueden comenzar intentando masturbarse mutuamente.
Cuando ha quedado claro que alguno de los dos no quiere lo mejor es dejar de insistir. De la misma manera que tampoco podemos atacar a la pareja por tener un deseo mayor que el nuestro.
Lo más importante es preguntarse: ¿Por qué no nos apetece? ¿Porque estamos cansados? ¿Porque ya no nos gusta nuestra pareja? ¿Porque nuestra vida sexual es aburrida?
Los especialistas en sexología indican que la desaparición del deseo sexual es un problema común entre las parejas. Por lo que recomienda que ambos programen el sexo, del mismo modo que planifican otros aspectos
importantes de sus vidas.
Y es que concertar una cita para ser íntimo permite que el compañero de menor deseo dedique tiempo a prepararse y ponerse de buen humor, mientras que el que tiene mayor deseo puede relajarse y no sentirse preocupado por el rechazo, lo cual podría ser doloroso.
Es importante ser muy sensible a la vulnerabilidad que todos sentimos con respecto al miedo al rechazo.
Por ello, se enfatiza lo positivo. En lugar de tener sexo cuando realmente no se siente, lo mejor es considerar realizar otra cosa que fomente una sensación similar de conexión.
Asimismo, si se estás dispuesto a explorar otros medios de intimidad más allá del coito, se debe hacerlo.
Según los psicólogos y terapeutas sexuales, el ampliar el significado de sexo y examinar otras formas de cercanía sexual puede agregar riqueza a la vida íntima.
El sexo se trata de tener una conexión que siempre sea disfrutada por ambos, pues está destinado a construir un vínculo entre dos personas, y tener relaciones sexuales solo para cumplir con el “deber” no fortalecerá esa unión.
De hecho, el deseo y el placer de los dos es lo que le da vitalidad al sexo.
Tocar diversos temas sexuales con la pareja como sus gustos y placeres, hará que ambos lleven al sexo a un nivel más alto. Y como en cualquier relación, la comunicación es clave para una buena vida sexual.
Generalmente hay mucha ambigüedad con respecto a qué se siente bien y qué no, más cuando las personas tienen diferentes tipos de deseos.
Las investigaciones han demostrado que mientras más parejas hablan de lo que quieren, más probabilidades hay de que lo obtengan.
No obstante, si aún con estos consejos resulta complicado abordar el tema, pueden recurrir a un terapeuta sexual certificado o con un especialista en relaciones de pareja.
Vale recordar que nadie tiene el derecho de pedir a otro que participe en un acto sexual ni aunque se trate de la pareja. La verdadera intimidad siempre requiere del entusiasmo de ambos.
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