En el medio del receso reinan las incertidumbres

Edición Impresa

Laura Romoli

lromoli@eldia.com

Algo tienen seguro quienes le toman el pulso a diario a la política en La Plata: “la campaña y la elección ya son cosa del pasado porque la realidad y la agenda se vienen encima en el horizonte”. Con esta expresión quieren explicar lo rápido que pasaron 30 de los primeros 100 días de gracia que se suelen otorgar a un nuevo gobierno y que en el caso de Garro se trata del inicio de su segunda gestión. Pero también están teniendo en cuenta la otra cuenta regresiva que no descuidan quienes planifican los movimientos del tablero local y es que ya cuentan que para la próxima elección faltan 20 meses.

Tras lo álgido de diciembre, en el palacio municipal todo se mueve al ritmo de enero. Y mientras varios de los nuevos secretarios se acomodan en sus nuevos roles y oficinas físicas, cunden las incertidumbres en torno a los roles que tendrá cada uno en el nuevo gabinete. Uno de los interrogantes gira en torno a las direcciones que funcionarán en la órbita de cada secretaría, lo que deberá esperar a la concreción definitiva del organigrama municipal. El mientras tanto está cargado de especulaciones en las que cada funcionario, del riñón puro o de sectores aliados, tiene para hacer al jefe comunal su propia reivindicación.

Tras esas aspiraciones subyacen las de fondo: obtener señales que habiliten la construcción de un caudal político para poder posicionarse de cara a las elecciones de medio término previstas para 2021. En el garrismo creen que deben afianzar entonces su preeminencia en el Concejo Deliberante mientras el devenir de los acontecimientos ponga paulatinamente de relieve los perfiles de los opositores que en 2023 desafíen el poder local y las figuras de Cambiemos que se anoten a la sucesión. Aunque parezca prematuro, en el entorno del jefe comunal más de uno ya lo está pensando, incluyendo desde sus funcionarios y concejales más cercanos a legisladores provinciales que perciben –y apoyan entusiastas- cierta apertura del Intendente hacia la política provincial.

Como es sabido, la legislación que limita las reelecciones indefinidas a los intendentes bonaerenses comienza a mostrar sus efectos a partir de ahora. Y si bien en algunos sectores provinciales cundió el año pasado la idea de prorrogar la aplicación de la ley, quienes rodean a Garro, independientemente de que lo admitan o no, ya piensan en el futuro. Incluso, se imaginan una interna de figuras representantes de diferentes vertientes, aunque advierten que para llevar la proyección hasta ese momento todo depende de quién esté enfrente.

De alta complejidad es el esquema del Frente de Todos en general y el platense en particular. En La Plata propios y ajenos se toman enero para intentar acomodarse al mapa político que convierte a la capital de Buenos Aires en una ciudad opositora. Las heterogéneas líneas internas del peronismo provincial, que se distribuyen en un abanico que va desde los grupos que se referencian en Cristina y Máximo Kirchner a Alberto Fernández, Sergio Massa o los intendentes, se expresan en la Ciudad con una complejidad tal que provoca que por ahora en el peronismo se conformen con mantener sus tensiones en un equilibrio tal que conserve la “unidad”. Sin embargo, advierten por lo bajo, es una unidad que se supedita a la consigna del “hasta nuevo aviso”. El foco, mientras tanto, es preciso: abocarse a un acuerdo sólido para ir en busca de la intendencia y recuperar en los barrios el territorio que Garro procura mantener.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE