Bianco, una marca registrada en la conducción de Everton

Este año dirigirá por 14º vez consecutiva al equipo. Y ya es todo un récord en la Liga Amateur. Marcó un antes y un después en la institución. Su palabra, antes del inicio del torneo

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Por: Leandro Duba
 

lduba@eldia.com

Los años pasan y la vigencia de Gustavo Bianco como técnico de Everton continúa. Mientras la mayoría de los equipos de la Liga renuevan a sus entrenadores cada vez que finaliza una temporada, el Decano, desde hace más de una década, mantiene firme su postura de apostar al trabajo de un hombre de la casa, confiable y con enorme sentido de pertenencia.

Después de vestir la camiseta de Everton durante varios años (de 1993 a 2002), Bianco decidió cambiar de rubro y se puso el buzo de técnico. En 2005 condujo al equipo superior en dupla con Hernán Vercesi. Recién en 2007 se largó solo como entrenador, después de haber elaborado algo más de experiencia tras su paso por quinta, cuarta y reserva. Desde entonces, se mantuvo en el cargo de manera ininterrumpida por más de una década. Sí, este año, Gustavo Bianco (48), conducirá los destinos del equipo Decano por 14º temporada consecutiva. Todo un récord para la Liga Amateur Platense.

En un mano a mano con este diario, habló de su vigencia en el cargo, del sentido de pertenencia y lo que significa estar al frente del equipo superior.

- ¿Cuál es el secreto de mantenerse tantos años?

- Creo que no hay un secreto en sí. Hay muchos factores que intervienen. El lugar (el club), donde se puede trabajar con total libertad. Y respetar algunos lineamientos básicos, como la sinceridad con los chicos; la honestidad en el trabajo y la comunicación. Después, tratar de que los jugadores y el cuerpo técnico se suban al mismo objetivo grupal; que vayamos todos por lo mismo. Qué el jugador entienda que uno durante la semana hace todo lo posible para darles herramientas, para que cuando necesiten resolver situaciones lo puedan hacer con más elementos e información. Pero básicamente mantener los pilares, de ambos lados, que hemos respetado durante tanto tiempo. El sacrificio no se negocia.

- Muchos entrenadores no perduran tanto tiempo en el cargo, por el desgaste que conlleva la relación entre jugadores y cuerpo técnico. ¿Cómo lo manejas?

- Por suerte no me ha pasado. Al contrario. Hay jugadores que están conmigo desde mi primer año. Hemos convivido durante este tiempo buenos y malos momentos, deportivos, personales, y sin embargo, tuve la suerte de contar no solo con grandes jugadores, sino con grandes personas, que lo hacen todo más fácil. Cada uno entiende su rol y cada uno sabe qué granito de arena tiene que aportar para intentar hacer el club cada vez más grande. Por suerte, no he tenido problemas con los jugadores. Hemos tirado de este carro durante tanto tiempo, en forma conjunta, solidaria, con mucho esfuerzo, pero siempre respetando a cada uno.

- ¿Cómo se consigue la motivación año tras año?

- Está dada, fundamentalmente, en hacer lo que a uno le gusta y en el lugar donde le gusta. Trabajar con la tranquilidad que hemos tenido durante tanto tiempo, trabajar con la colaboración de los jugadores, que siempre entendieron donde están, dejando de lado sus objetivos personales en pos de un objetivo en común y grupal. Y, obviamente, la camiseta que defendemos, sabiendo que es un grande de la liga, un histórico. Con sacrificio y humildad, hemos puesto al club en un lugar impensado, deportiva e institucionalmente hablando, cuando nosotros arrancamos, y ahora, hay que defender todo el esfuerzo y sacrificio de esa gente, tratando de que el club siga creciendo. Ahí está la motivación en el día a día, en que uno va y sabe que lo disfruta. No es una carga, no es un trabajo. Todo lo contrario. Es ir a disfrutar un buen momento, en el lugar que uno se siente cómodo, con gente que quiere y con gente que lo respeta.

- ¿Por qué siempre Everton?

- Fue siempre Everton porque me abrió las puertas en un momento cuando mi relación con el fútbol estaba casi rota, después de haber quedado libre de Gimnasia, con contrato, tras 12 años. Cuando pensaba que no iba a jugar más y me iba a dedicar a mi profesión, Everton me abrió las puertas. Como siempre digo, es mi segunda casa, porque me enseñó a disfrutar el fútbol de otra manera. Y eso es lo primero que intento hacer con los chicos que se incorporan de otro tipo de competencias. Que vean el fútbol y lo disfruten desde otro lugar, generando las grandes amistades que hay en el club, y siempre, sobre los pilares que hablamos anteriormente: solidaridad, respeto y sentido de permanencia. Everton estuvo a mi lado y me dio la chance de disfrutar como jugador, no solo los dos títulos obtenidos, sino también, de participar de aquel Regional histórico para la Ciudad y desarrollar y formarme como técnico. Hoy trato de devolverle al club lo que me dio durante tantos años.

- ¿Tuviste chances de dirigir a otro equipo de la Liga o de AFA?

- En algún momento, cuando quizás obtuvimos el ascenso del TDI al Federal B, hubo un par de sondeos, primero de Cambaceres y después de San Carlos. Nada oficial, pero sí pude hablar con los dos clubes. Después, en otro momento, cuando Ricardo Rezza era el coordinador de inferiores de Gimnasia, hubo una chance de sumarme al cuerpo técnico de juveniles, que finalmente no se dio. De la Liga, no, supongo porque me ven muy identificado con Everton. La verdad, no dirigiría a ningún otro club de la Liga Amateur que no sea Everton.

- ¿Qué diferencias existen entre el Gustavo Bianco de los primeros años de DT y el actual?

- Hay muchísimas. Uno trata de capitalizar los aciertos y errores del recorrido. Son muchos años de esto y nunca hay que quedarse con lo bueno. Aprender siempre de los errores para mejorar. Entiendo que el Bianco de hoy es mucho más completo que el anterior, por acumulación de experiencia, acumulación de vínculos y ese ida y vuelta con el plantel, donde uno aprende cosas permanentemente.

 

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