Un testimonio imprescindible para entender lo que no tiene explicación

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Primo Levi tenia 24 años y un título de Químico recién adquirido en su Turín natal cuando en 1943 intentó unirse a la resistencia antifascista italiana y cayó prisionero del ejercito de ocupación alemán. Poco más tarde fue enviado junto a otros judíos italianos al campo de concentración de Auschwitz, donde pasó diez meses y fue uno de los pocos que sobrevivió.

De la necesidad de contar esa experiencia, de hacer conocer el infierno que tuvo lugar allí, nació La trilogía de Auschwitz, una obra que fue construyendo a lo largo de su vida y que comenzó a escribir casi inmediatamente después de su liberación.

Aunque autor de novelas, cuentos y antologías literarias, fueron esos tres libros excepcionales donde relata su experiencia en el campo de concentración y lo que sucedió más tarde (“Si esto es un hombre”, “La tregua” y “Los hundidos y los salvados”) los que convirtieron a Primo Levi en un autor de renombre internacional.

El primero de ellos se publicó en 1947 en Italia y al principio pasó desapercibido. De hecho casi no encontró lectores. Fue recién diez años más tarde, al ser reeditado, que logró captar la atención del mundo convirtiéndose en un texto imprescindible para entender un tiempo inentendible; una obra maestra de la literatura y de la ética.

Al referirse en su presentación a la experiencia de Auschwitz, Levi dice haber intentado contarla “de la manera más natural escogiendo deliberadamente un lenguaje no demasiado sonoro. No había necesidad de subrayar el horror. El horror estaba allí”.

 

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