La mamá de Alma volvió a contar ante el fiscal su visita a la casa del horror

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El fiscal Marcelo Martini citó ayer a Andrea Medina, la madre de Alma Manino, con el objetivo de profundizar sobre la declaración que la mujer realizó el fin de semana ante policías de la Dirección de Investigaciones (DDI), en la que detallaba su visita, en reiteradas oportunidades, a la casa de su mamá, Graciela Holsbak, entre el mediodía y la noche del fatídico miércoles 1.

Cómo adelantó ayer este diario, “La Polaca” contó a los policías que estuvo recostada en la habitación delantera de la casa de 523 entre 164 y 165 (donde viven sus hermanos Exequiel y Gabriel) entre las 12 y las 15.

La noche anterior, tras cenar con Alma, otra hija suya, una amiga de esa chica, su madre (Graciela Holsbak) y el hombre que era su pareja (Raúl Bravo) habían acordado que la nena dormiría allí porque a la mañana siguiente irían a Buenos Aires.

Sin embargo, esa mañana no lograba tener noticias del viaje de Alma con su abuela y el remisero Bravo. Entonces, fue a la casa y le llamó la atención que estuviera el auto en el garage. No pudo entrar a la parte trasera de la vivienda, donde vivía la pareja, ni observar algo significativo desde afuera.

Entonces, se metió a través de una ventana a la parte delantera. Esa habitación no tiene contacto con la otra sección porque siempre estaba cerrada con llave la puerta que las comunica. Eso, se presume, por la mala relación que había entre Exequiel, su madre y su padrastro.

Así, Medina estuvo tirada en la cama de esa habitación y descubrió las zapatillitas de Alma debajo de una cama. Solo eso. Según los cálculos de los peritos, pared o puerta de por medio, yacían los cuerpos de Manino, Holsbak y Bravo en medio de un espantoso escenario de violencia. Alguien les dio 40 puñaladas y pretendió desmembrarlos.

Una fuente consultada en tribunales contó que la mujer ratificó ese relato y la mención a otras dos visitas a la casa, en medio de la preocupación por la falta de noticias. Fue quien descubrió la horrorosa escena cerca de las 21.30, cuando decidió entrar por la fuerza.

El fiscal escuchó todo el relato y se afirmó en la idea de que la huella de un pie descalzo impresa en el piso de la habitación delantera es del asesino. Habría salido por la puerta que comunica con la pieza de los hermanos y se habría llevado la llave. Antes, habría trabado con un sillón, la puerta de acceso a la sección trasera. Ese sillón lo corrió Medina es un acto de desesperación, a las 9 de la noche.

La mujer también ratificó su caraterización de Exequiel, su medio hermano, como un “chico raro” y “sádico”. Aunque no se descartan hipótesis, la más firme en estas horas para el fiscal Martini, sitúa en la escena del crimen al adolescente que tiene como hobbie producir cuchillos y está ausente desde las horas en que ocurrió la masacre.

 

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