Se complica el armado de un tribunal para la “megabanda”
Edición Impresa | 9 de Octubre de 2020 | 03:32

El Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata recibió una ola de excusaciones y todavía no se pudo integrar la terna de jueces y el fiscal de juicio que tendrán a su cargo ventilar en audiencia pública la causa de la “megabanda”, supuestamente integrada por jueces, policías, ex convictos y barras, que se habría dedicado a cometer todo tipo de delitos en la Región, con cobertura judicial.
Fuentes oficiales indicaron que del Tribunal II solo aceptó intervenir la jueza Silvia Hoerr, ya que sus pares Claudio Bernard y Liliana Torrisi se excusaron, el primero por causa de “enemistad manifiesta” y la magistrada por tener lazos de amistad con el ex juez César Melazo, uno de los principales acusados en el expediente.
Ambas excusaciones fueron aceptadas y por ello se nombraron para intervenir a los jueces Andrés Vitali (del Tribunal Oral en lo Criminal III de La Plata) y al juez Emir Caputo Tártara (del IV). El primero aceptó la intervención, mientras que el segundo se excusó alegando amistad con Melazo, señalaron las fuentes consultadas. En primera instancia se le rechazó la excusación a Caputo Tártara, cuestión que ahora será resuelta por la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata.
Voceros de Tribunales destacaron que también está aún vacante la designación de la fiscalía que intervendrá en el juicio, ya que Jorge Paolini se excusó de actuar en esta causa y el tema ahora está en manos del fiscal general de La Plata Héctor Vogliolo, que deberá designar un reemplazo.
Esta causa comenzó en 2014, cuando la fiscal Betina Lacki asumió la investigación del crimen de Juan Roberto Farías, que ocurrió el 1 de diciembre de 2010, en 44 entre 26 y 27.
Al primer fiscal, Tomás Moran, lo desplazaron después de que uno de los acusados, Javier Ronco, denunció que le había pedido 30 mil dólares para desligarlo de la causa, a través de un abogado de La Plata. Moran es uno de los funcionarios que terminó procesado (fue detenido y permanece con arresto domiciliario) en una instrucción que se desprendió de la de la megacausa.
La hipótesis de Lacki es que Farías cayó bajo “fuego amigo” unos meses después de un espectacular escruche en la casa del director técnico de fútbol Roberto Zapata, en 13 entre 70 y 71, que los líderes de la banda habían ordenado “no tocar”. El robo sucedió cuando Zapata y su familia festejaban un cumpleaños en un salón del centro de la Plata, entre cuyos invitados estaba Melazo. Los delincuentes entraron en la vivienda haciendo un boquete en el techo y forzaron una caja fuerte en la que, según se declaró entonces, había 60 mil pesos, alhajas y documentación. La hipótesis es que Farías desoyó la orden de los jefes y quisieron generar una sanción ejemplificadora.
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