El comercio platense necesita estímulos para salir de la crisis

El resultado de un informe revelador de que el 74 por ciento de los comerciantes platenses vio caer sus ventas en forma abrupta en el tercer trimestre del año, con respecto al mismo período de 2019, sumado ello a la declinación que se agudizó hace siete meses con la aparición del coronavirus y el inicio de la cuarentena, constituyen evidencias acuciantes de que se deben encontrar fórmulas que permitan superar la crisis que agobia a uno de los resortes principales de su vida económica.

El dato estadístico surgió de una encuesta realizada por el Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial (de la facultad de Económicas de la Universidad Nacional de La Plata), reflejado en la edición de ayer. La conclusión no puede sino ser inquietante: acumulando deudas salariales, impositivas y municipales, sin poder afrontar otros gastos propios del funcionamiento, los empresarios platenses reclaman planes crediticios y otras políticas circunstanciales de fomento que los ayuden a emerger de la recesión.

El trabajo también determinó que, en promedio, las ventas tuvieron una disminución en el mismo periodo -julio septiembre 2020- de un 35 por ciento respecto a ese trimestre del año anterior. La excepción son los materiales para la construcción, que marcan variaciones positivas.

Así, el rubro de la construcción registró una variación positiva del 2 por ciento entre el tercer trimestre de este año y el mismo del año anterior. El resto de los secctores es un compendio de caídas dramáticas en las ventas: Hoteles y cines, 100 por ciento; libros, diarios, música, deportes, 54 por ciento; servicios personales, 44 por ciento; textiles y prendas de vestir, 41 por ciento, al igual que restaurantes; alimentos el 21 por ciento; informática y comunicaciones, 15 por ciento.

La encuesta del laboratorio se concretó con 400 comercios, convirtiéndose así en una muestra representativa de un listado actualizado de locales en las principales zonas comerciales del Partido. El informe abarca rubros comerciales (alimentos, productos informáticos, materiales de construcción, libros, diarios y otros bienes culturales, prendas de vestir) y de servicios (cines, hoteles, restaurantes, taxis y servicios personales).

Lo concreto es que la Ciudad lleva por lo menos dos años de caída en la actividad económica y en el trabajo recientemente presentado, otro dato que llamó la atención es la incorporación de de medios de venta alternativos. Un 20 por ciento adoptó nuevos canales de venta durante el tercer trimestre del año (web, telefónico, redes sociales).

Los comerciantes locales consideraron que la inflación es el problema macroeconómico, mencionado como principal traba para sus negocios, y dentro de las principales demandas tanto al gobierno nacional como al local, se encuentra la rebaja impositiva y de tasas municipales. En referencia al espacio público, otro reclamo, el de la mayor seguridad, es también uno de los requerimientos prioritarios.

La Plata vive una situación extremadamente crítica que debe, primeramente, reconocerse. Y lo que debe promoverse de inmediato es la búsqueda de un plan de reactivación para lo inmediato y otro a largo plazo, tanto para el comercio como para la industria. Las cámaras empresariales así lo han manifestado en forma reiterada.

Siempre se ha señalado que nuestra ciudad cuenta con valiosas ventajas comparativas, en particular las vinculadas a los recursos humanos con los que cuenta, entre otros motivos a partir de la gravitante influencia de sus unidades académicas y organismos, como el Conicet. Tanto el comercio como la industria cuentan, entonces, con esas bases cercanas y sólidas que pueden servir como plataformas para potenciar los resortes económicos existentes. Ello, como se ha dicho, sin perjuicio de la asistencia que el Estado debe prestarle a un empresariado que dispone de posibilidades y que sólo necesita estímulos para crecer y crear nuevas fuentes de trabajo.