La justicia platense define la suerte procesal del cura acusado de abusos
Edición Impresa | 28 de Noviembre de 2020 | 03:38

El fiscal que investiga la denuncia por presuntos abusos sexuales cometidos por el cura Raúl Anatoly Sidders cuando era capellán del colegio San Vicente de Paul, en La Plata, pidió su detención “por la gravedad del hecho delictivo endilgado al imputado”, la “elevada pena en abstracto que prevé en ambos casos y su residencia en una zona fronteriza” (en Misiones), todo lo cual reforzaría el riesgo de fuga, informaron fuentes judiciales.
Según figura en la causa que instruye el fiscal Álvaro Garganta, “durante el período comprendido entre los años 2004 a 2008, inclusive, un sujeto de sexo masculino que se desempeñaba como capellán de la Unidad Educativa ‘Monseñor Lodigiani’ -Colegio San Vicente de Paul- abusó sexualmente de una menor de 11 años (la identidad se mantiene en reserva)”. Detalla en su planteo el fiscal que el acusado “hacía colocar sus manos (las de la menor) en los bolsillos de la sotana y sentir su pene erecto, situaciones que acaecían en el patio de la institución y durante los recreos, que provocaron un grave daño en la salud mental de la niña”.
“Asimismo -continúa Garganta- durante igual período y en las habituales ocasiones en que le recibía el sacramento de la confesión, (el cura) corrompió a la menor mediante explicaciones personalísimas sobre cómo masturbarse, realizar sexo oral y mantener relaciones sexuales con acceso carnal con su novio”.
El fiscal consideró como evidencias el testimonio de la presunta víctima, el de su madre y el de una amiga con quien, además, iban juntas al colegio.
También tomó nota del informe psiquiátrico que describió como “claro, coherente y lógico” el discurso de la denunciante, al que declaró “veraz” y con un criterio compatible con “trastorno de estrés postraumático” por “agresión sexual”.
En su pedido de detención ante el juez Agustín Crispo, Garganta resaltó que la joven está medicada actualmente con “antidepresivos”.
La psicóloga tratante de la víctima sumó también su informe al expediente, en el que refiere que “las prácticas que el imputado hacía realizar (a la menor) han resultado de una vejación tremenda”.
Al cura le imputan el delito de “abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de su realización doblemente agravado y corrupción de menores agravada, en concurso real”. Sidders reside actualmente en Misiones. Y debe definir el juez Crispo.
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