Una puja camino a la Justicia, con la Corte bajo la mirada de todos
Edición Impresa | 5 de Noviembre de 2020 | 03:01

Demócratas y republicanos se preparaban ayer para posibles batallas legales que definan la ajustada carrera a la Casa Blanca entre el presidente republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden.
El magnate quiere pedir a la Suprema Corte de Justicia que resuelva las disputas sobre el recuento de votos que considera “fraudulentos”. Su equipo de campaña pidió un recuento en Wisconsin, donde según la prensa ganó Biden, e impugnó las votaciones en Michigan, Pensilvania y Georgia.
La decisión de Trump reavivó la hipótesis de que, como en 2000, la Justicia decida cómo los estados pueden escrutar los sufragios.
Los problemas legales se vinculan a la pandemia de COVID-19. La recomendación de cuidar el distanciamiento entre las personas estimuló a votar por correo.
Cada estado fija sus normas electorales y muchos adoptaron o ampliaron la posibilidad de votar bajo esta modalidad. Eso demandó cambiar reglas sobre cuándo y cómo enviar los votos, verificarlos y contarlos.
Para responder a millones de votos emitidos por correo, legislaturas estatales y autoridades electorales extendieron el plazo de recepción de sufragios debido a la sobrecarga del servicio postal, prolongaron el tiempo de conteo de esos votos y dieron otros pasos para facilitar el proceso.
Previendo que más demócratas -más cuidadosos ante el COVID- preferirían votar por correo, republicanos de todo el país pidieron a la Justicia bloquear esos cambios de reglas por considerar que transgreden normas existentes.
Un pleito electoral, que se centraría en la legitimidad de los votos, pondría bajo los focos a los seis miembros conservadores y tres liberales de la Suprema Corte. En especial a la jueza Amy Coney Barrett, que se sumó al cuerpo días atrás y fue elegida por Trump.
El fantasma del litigio que proclamó presidente de EE UU. al republicano George W. Bush persigue ahora a los estadounidenses, que aún no saben quién ocupará la Casa Blanca durante los próximos cuatro años.
Esta vez, el foco está puesto en Nevada, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte, que hasta el cierre de esta edición no habían declarado un ganador y que tienen un gran peso en el Colegio Electoral, el órgano que elige al presidente y, por ello, podrían resultar decisivos.
Lo cierto es que ambos candidatos llevan meses preparándose para el “déjà vu” de las elecciones del 2000: ambos han contratado a “ejércitos” de abogados que están listos para pelear por cada voto, ya que estos comicios podrían decidirse como hace 20 años. (AFP/EFE)
Ambos candidatos llevan meses preparándose para el “déjà vu” del año 2000
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