Pachorra tuvo sus importantes laderos

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A lo largo de su corta pero grandiosa carrera como entrenador profesional en jefe, Alejandro Sabella marcó para siempre a Estudiantes y a toda una generación nacida luego de 1990, que no había tenido la oportunidad de ver a la Selección Argentina disputando el último encuentro de la máxima competencia en fútbol.

Y para ello, luego de comenzar a hacer su camino ya por separado definitivamente de Daniel Passarella, “Pachorra” se apoyó en nombres conocidos, íntimos, con quienes había compartido vestuario en el Pincha tras su llegada de Inglaterra.

Julián Camino, con pasado como entrenador de Villa San Carlos, Temperley y San Telmo fue el primero elegido por Sabella. Sin embargo, y a través del propio Camino, el ensenadense Claudio Gugnali, con pasado en Cambaceres y Unión de Santa Fe, se sumó como tercera pata de un tridente que comenzaría en el Pincha y que se extendería hasta la recordad final contra Alemania. El preparador físico Pablo Blanco fue el cuarto del grupo y Juan José Romero, entrenador de arqueros, la pieza que le restaba al mismo.

A lo largo de sus años como cuerpo técnico, cada uno de los mencionados trató de complementar individualmente, y en su área, lo que trabajó Sabella en forma colectiva, siempre predispuesto al diálogo y dándole lugar a sus colaboradores.

De hecho, tanto Sabella como Gugnali, Camino y Blanco, al momento de dirigir a la Selección, compartían los viajes desde La Plata a Ezeiza. Y en los mismos, de hora y media entre ida y vuelta, se hablaba de todo. De sus vidas, del país, de la Selección. Así hacían divertir al entrenador, que era el blanco principal de las bromas.

 

 

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