Con los dueños de vacaciones, de una casa se llevaron hasta la carne del freezer

Fue en 177 y 42. Entraron por una ventana y saquearon la finca. “Ya nos entraron 25 veces”, se quejó un familiar de las víctimas

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Laura (37), su marido Agustín (38) y los dos hijos menores de ambos conversaban por teléfono desde la ruta 2 con los padres de la mujer. La familia tenía que volver de sus vacaciones el viernes próximo, pero lo que escucharon ayer los obligó a adelantar el retorno y ya estaban en camino: fueron víctimas de un escruche en su casa, situada en Lisandro Olmos.

Susana, la mamá de la joven, fue quien descubrió el hecho, después del mediodía, cuando pasó a dar un vistazo. La reja que tapaba un gran ventanal estaba abierta de par en par y los paneles de aluminio apoyados contra una de las paredes del inmueble.

“Me llamó llorando y me contó, llamé a la Policía y me vine para acá enseguida”, le dijo Víctor, papá de la damnificada, a EL DIA.

El hombre aseguró que se trató de la vigesimoquinta vez que les entran a robar en ese lugar en 15 años (compraron el terreno en 2005). En la última oportunidad no ingresaron a la edificación, “pero se llevaron un carretón que sale 140 mil pesos”, recordó.

La quinta se encuentra emplazada en 177 y 42, en una zona “tranquila”, de escasa cantidad de viviendas. Sin vecinos linderos que pudiesen verlos, los ladrones actuaron con libertad y es probable que hayan permanecido por varias horas.

“LEs ROBARON HASTA LA CARNE”

En la propiedad hay cinco cámaras y esperaban la llegada de Laura y Agustín para recuperar las filmaciones. Se trató de una “entrega”, según calculó Víctor: “¿Cómo iban a saber que acá no había nadie? No es una zona de fácil acceso”, manifestó.

Los delincuentes no tuvieron reparos en revisar con minuciosidad cada una de las habitaciones, cajones, cajas de zapatos y bolsillos de las prendas de vestir para buscar dinero en efectivo. Además, según detalló Susana, sustrajeron tres televisores plasma, máquinas troqueladoras, un microondas, notebooks, una impresora, una bicicleta, joyas, todos los cubiertos, diversas bebidas (solo dejaron el vino blanco) y hasta la carne que guardaban en el congelador de la heladera. “Los saquearon”, se lamentó.

Por lo que pudieron reconstruir del hecho, los intrusos usaron un portamaceta como escalera para llegar hasta un ventiluz alto, lo destrozaron y así lograron colarse en el interior. Luego buscaron algún juego de llaves para poder vulnerar las aberturas.

Revolvieron cada cuarto y rincón posible. En ese recorrido, incluyeron los placares y muebles. No se salvaron los juguetes de los nenes: algunos fueron dados vuelta, otros desarmados.

“Vivimos a cuatro cuadras de acá, somos comerciantes y quinteros de toda la vida en Olmos. Y estos días, en que están de vacaciones pasamos por las dos casas de nuestras hijas y controlamos que esté todo bien. Hoy (por ayer) nos encontramos con esto”, señaló el hombre.

Por otra parte, sostuvo que “todavía no sabemos bien qué les robaron y no podemos hacer un inventario. Tenemos que esperar a que lleguen ellos, aunque vimos que faltan muchas cosas”. Es que “también se metieron en el galpón y de ahí no podemos saber si se llevaron algo”, añadió.

Con la bronca a flor de piel, Víctor resaltó que “se han llevado mucho, cosas de valor. La impotencia que nos da es terrible”. Asimismo, esperaban que las imágenes de las cámaras pudieran aportar alguna pista sobre los autores.

“Son pibes que trabajan todo el año, no se merecían esto, los desvalijaron. Tuvieron que cortar su descanso para venir acá por esto, es una locura”, lamentó.

 

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