¿Se viene el estallido?: el Festival de Viña arranca en medio de una fuerte tensión social

La organización tomó polémicas medidas para asegurar que el evento se lleve a cabo, pero igual hay mucha preocupación

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Mañana arranca otra lujosa edición del Festival de Viña del Mar, con Ricky Martin, Ozuna y Maroon 5 como máximas figuras, pero a pesar del glamour internacional el festival arranca con miedo de parte de la organización, en medio de un ambiente de tensión debido a las protestas sociales que sacuden a Chile desde hace cuatro meses.

Por eso, como otras actividades tras la irrupción de las manifestaciones desde el 18 octubre, este tradicional certamen debió incrementar las medidas de seguridad, aunque se mantuvo en pie, a diferencia de otros tantos espectáculos masivos que fueron cancelados.

Pero la tensión sigue, a pesar de las medidas: bajo la consigna “Viña NO tiene festival” varias convocatorias circulan en redes sociales llamando a protestar mañana en cercanías de la Quinta Vergara, el anfiteatro al aire libre donde desde hace más de seis décadas se realiza el espectáculo, considerado el evento de música popular más importante de América Latina.

Previendo posibles desórdenes, la organización decidió adelantar el horario de inicio del festival e instaló detectores de metales al ingreso del recinto.

En una de las medidas que más revuelo generó, los organizadores prohibieron a los espectadores llevar carteles desde sus casas. Por el contrario, se les entregará a los asistentes en el lugar el material para escribir sus mensajes a los artistas.

Entre las más controvertidas de las medidas, el periódico digital El Mostrador denunció un trabajo de inteligencia basado en la revisión de los datos de los compradores de entradas, lo que violaría la Ley 19.625 que protege los datos digitales de las personas.

La empresa PuntoTicket, encargada de la venta de entradas para el evento, descartó haber entregado los datos de los asistentes, mientras que, desde la cartera del Interior, no ratificaron ni descartaron la información.

Entre las preocupaciones de los organizadores y el gobierno sobresale el temor de que se cuele un cántico que los chilenos llaman “el hit del verano”, que, nacido en las canchas de fútbol, circula profusamente en redes y mezcla ofensas al presidente Sebastián Piñera, al que acusan de ser “asesino, igual que (el ex dictador Augusto) Pinochet”.

En este inédito ambiente de tensión, el puertorriqueño Ricky Martin será el encargado de inaugurar el festival la noche de mañana, en su quinta presentación en este escenario que lo vio nacer como artista y en el que ahora desplegará su más reciente show, “Movimiento tour”.

Ricky ha apoyado las manifestaciones sociales en Chile, e incluso le dedicó un mensaje al presidente Sebastián Piñera en redes sociales: “Sepa usted que la voluntad de un pueblo se respeta, se acata, se cumple. Escuche a su pueblo que le está hablando contundentemente”.

Para el resto del festival, que finaliza el viernes, al cabo de seis jornadas, está prevista la actuación de la banda estadounidense Maroon 5, del cantante de reguetón Ozuna, del baladista español Pablo Alborán y de la veterana cantante mexicana Ana Gabriel, entre otros artistas.

Además, el lunes será el turno de la chilena Mon Laferte, cuya presentación mantiene preocupada a la organización, ante los llamados de algunos grupos de ultraderecha para boicotear su actuación.

Mon Laferte exhibió sus senos con mensajes en favor de las manifestaciones sociales en Chile en la entrega de los últimos premios Grammy Latinos, y luego acusó a la policía chilena de estar detrás de los saqueos al comercio los días posteriores al estallido social. Eso le valió una denuncia de la fuerza de seguridad ante la justicia.

Igual tensión se vive frente a los shows de los seis humoristas que este año se subirán al escenario de Viña del Mar. Con varios casos de abucheos previos en presentaciones en vivo, la organización pidió a los humoristas abstenerse de imputar delitos a las autoridades e instituciones que mencionen en sus rutinas con el fin de evitar acciones legales.

Los organizadores adoptaron también otras decisiones frente al clima que reina desde hace meses, con mayor violencia e intolerancia. Por ejemplo, canceló la llamada gala del festival, una alfombra roja al estilo Hollywood en la apertura, cuya transmisión televisiva era uno de los programas más vistos de la televisión local.

Las protestas en Chile estallaron por el alza en la tarifa del subte, pero rápidamente derivaron en un generalizado reclamo contra el gobierno de Piñera y en busca de profundos cambios sociales, en manifestaciones callejeras, saqueos y enfrentamientos con la policía que dejan 31 muertos.

 

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