El pánico o la psicosis no sirven para combatir al coronavirus

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No minimizar la grave situación que plantea hoy el coronavirus, pero tampoco pensar que se está al borde de una tragedia. Disponer de una base informativa responsable e intentar ser positivos. Cumplir con las medidas de prevención, ser prudentes, pero no dejarse llevar por ningún tipo de psicosis. Protegerse uno mismo sin dejar de ayudar a los demás. No desesperar frente a versiones que circulan todo el tiempo por las redes sociales, la mayoría de ellas carentes de consistencia científica. Acatar las directivas sanitarias. Estos y otros consejos forman parte de recomendaciones formuladas en las últimas horas por organismos mundiales especializados en psicología.

Corresponde aquí consignar que en nuestra ciudad, en las últimas horas, se registraron episodios que hablaron a las claras de un nivel de alarma no sólo excesivo, sino contraproducente. Miles de personas se volcaron sobre los supermercados para aprovisionarse de alcohol en gel, jabones, papel higiénico y toda clase de artículos comestibles o de limpieza. Si esa actitud se propagara y llegara al descontrol, el resultado se traduciría en la agudización de problemas para nuestra sociedad.

Circulan también las llamadas fake news (noticias falsas) que, bajo una vestidura supuestamente veraz, vienen difundiendo a través de las redes sociales, portales de noticias y otros medios de comunicación contenidos médicos erróneos o inexistentes, con la inexplicable finalidad de engañar a la población, inducirla a conclusiones equívocas y generar un clima de alarma social, presentando hechos falsos como si fueran verdaderos. Esta situación perjudica también la credibilidad de los medios serios y de los periodistas profesionales.

Anteayer el Colegio de Psicología de Madrid publicó una serie de recomendaciones, que incluyen la de mantener una actitud optimista. “No ponernos en lo peor, pensar en las situaciones positivas que se están dando, como la gente que ha logrado curarse. Esos mensajes son muy recomendables”, explicó el presidente de esa entidad. Amplificar las voces, historias e imágenes positivas de personas locales que han experimentado el nuevo coronavirus y se han recuperado, forman parte de las sugerencias.

En cuanto a seguir las pautas de higiene y comportamiento establecidas, como lavarse las manos o aislarse cautelarmente, se afirmó que esas acciones ayudan a recuperar la sensación de control sobre nuestras vidas. Cuando el flagelo del coronavirus quede dominado, acaso una de las mejores enseñanzas sociales que puede quedar es la de que cada persona comprenda que es responsable de lo que hace y que, también, puede ayudar a los demás, sin haberse dejado arrasar por la situación.

Cabría también consignar que virólogos reconocidos en el mundo vienen señalando que existen enfermedades en los distintos continentes -como la gripe, la meningitis o la tuberculosis- que originan millones de muertos al año, que vienen demostrando desde hace mucho ser más peligrosas que el Coronavirus, sin que ello haya promovido la declaración de pandemia para esos males, como acaba de hacerlo la Organización Mundial de la Salud. La toma de medidas “maximalistas” en que devino ahora el coronavirus, puede responder también, estimaron, al pánico y la psicosis causada por la rapidez de las redes sociales y el influjo que esa presión mediática puede ejercer sobre las autoridades de cada país.

Distintas fuentes dan por descontado que se está frente a un virus que se hizo visible a fines del año pasado, pero que, seguramente, preexistía. Tal como ocurrió con el Sida. Esa evidencia obliga a tomar las precauciones del caso, sin que por ello la población deba dejar ganarse por el miedo. No se trata de relativizar la potencialidad deletérea del coronavirus, pero si de convocar a las personas a manejar con rigor y serenidad el desafío que plantea. No desesperar, bajar el nivel de ansiedad, cumplir con las prescripciones, enfrentar con responsabilidad civil e individual esta instancia, forman parte de los pasos imprescindibles que cada persona debe dar.

 

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