Antes de la cuarentena total, en La Plata, el uso del transporte público bajó hasta un 80%

Es producto de las medidas tendientes a desalentar el movimiento de gente. Además, suspendieron los viajes de larga distancia

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De pronto, en la anormalidad de la contingencia actual, lo que debería ser normal se vuelve real: viajar sentado en tren y colectivos interurbanos. Es una postal que ya se ve en La Plata desde que la Municipalidad, en línea con las medidas dispuestas por el gobierno nacional para frenar la expansión del coronavirus, endureció los controles en el transporte público.

“Pasajeros sentados”, era la leyenda que podía leerse ayer en el parabrisas de varias unidades, en la víspera de la cuarentena total. Una exigencia justificada más en la prevención por la temida pandemia que en la buscada comodidad. Y cuyo bienvenido cumplimiento custodiaron desde muy temprano inspectores comunales, quienes recorrieron distintos puntos de la Ciudad -pero sobre todo los de mayor caudal de pasajeros- verificando, además, que los micros presentaran óptimas condiciones de limpieza e higiene y dispusieran de alcohol en gel, entre otras cuestiones.

¿El resultado? Según datos oficiales, en horario picos la cantidad de usuarios se redujo entre un 50 y 60 por ciento, en comparación a jornadas habituales; y en horarios no picos, entre un 70 y 80 por ciento.

En principio, la normativa referida al transporte señalaba que cada unidad debía trasladar la misma cantidad de pasajeros que de asientos y que la totalidad debía permanecer sentada hasta descender. Pero luego se actualizó, determinando que la cantidad de personas debe igualar a la de butacas, pudiendo elegir el viajero si permanece de pie o sentado.

“Se modificó la resolución para que la gente pueda viajar parada y mantenerse a mayor distancia de la determinada por la ubicación de los asientos”, explicó el secretario de Transporte municipal, Miguel Forte, y destacó: “Durante la hora pico, entre las 7.30 y las 8.30 de la mañana, se notó una merma de entre el 50 y el 60 por ciento en relación al comportamiento habitual de los usuarios, mientras que después de las 13 o 14 horas, la reducción alcanzo el 80 por ciento”.

A su vez, el funcionario destacó la “responsabilidad y compromiso social” de las empresas para cumplir con las exigencias.

La escasa circulación de personas se repercute también el empleo del taxi, que ayer expresaron su malestar ante el hundimiento de su recaudación (ver aparte).

Las medidas para desalentar la aglomeración de gente en el transporte público -que se mantendrán, al menos, hasta el 31 de marzo-, se hicieron extensivas a los trenes del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Por caso en la línea Roca, que une La Plata con Constitución, ayer también se viajaba sentado y la reducción en el uso con respecto al 9 de marzo era del 64 por ciento: según se informó desde la empresa, en los horarios de mayor concentración se pasó de 620.317 usuarios a 223.508.

Responsabilidad

“Le pedimos a los argentinos que asuman con responsabilidad el momento que estamos viviendo, no es feriado ni franco, queremos frenar la circulación a los efectos de frenar la propagación del virus en el país”, decía al comienzo de esta semana el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, al anunciar estas y otras disposiciones, como la suspensión de los vuelos de cabotaje y del servicio de trenes y colectivos de larga distancia desde hoy y hasta el próximo martes 24 inclusive. El objetivo, claro, es desalentar el éxodo turístico durante el fin de semana largo (mensaje que, pese a las advertencias del Gobierno, algunos automovilistas en viaje a la Costa desdeñan).

En la misma sintonía, desde hoy y hasta la hora cero del miércoles 25, la Secretaría de Transporte municipal bloqueará el ingreso de colectivos de larga distancia provenientes de otras ciudades a la terminal local.

 

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